El proyecto de creación de Enarsa volverá al Senado

Diputados le puso más controles a la empresa de energía estatal

El justicialismo aceptóincorporar cláusulasque permiten auditoríasde la Sigen y la AGN

Los diputados se aprestaban anoche a aprobar, con cambios, el proyecto de ley que crea la empresa estatal de energía Enarsa. Como el justicialismo aceptó incorporar una serie de modificaciones al texto aprobado por el Senado, básicamente destinadas a incrementar los controles y auditoría sobre la nueva firma y garantizar la mayoría accionaria del Estado, la iniciativa deberá volver a la Cámara alta.

Enarsa, que será una sociedad anónima privada con mayoría accionaria estatal, tendrá facultades para explorar y explotar yacimientos de hidrocarburos y gas, y generar energía eléctrica. Pero también podrá participar del mercado de transporte y distribución de lo producido.

Tendrá, por otra parte, la titularidad de los permisos de exploración y de las concesiones de explotación sobre la totalidad de las áreas marítimas nacionales que no estén sujetas a permisos o concesiones en vigencia.

Para presentar el proyecto, el diputado justicialista Jesús Blanco, titular de la comisión de Energía, retrocedió hacia el pasado, hasta los orígenes de YPF y la labor del general Enrique Mosconi en la segunda década del siglo XX, con una enfática defensa del papel del Estado en la economía y una crítica de lo actuado por el propio Justicialismo en los noventa.

"No es intención formar un ministerio de Energía, sino todo lo contrario: una herramienta que se mueva ágilmente en el mercado", afirmó Blanco, quien a su vez calificó la creación de la empresa como "una bisagra frente a la década pasada".

En su exposición, Blanco enumeró además las modificaciones impulsadas por el PJ que admitiría, entre otras cuestiones, la posibilidad de establecer que Enarsa "deberá observar en los procesos de asociación mecanismos de transparencia y competencia que respeten lo establecido en la ley de hidrocarburos".

Otra de las modificaciones consistirá en contemplar la actuación de la Sigen y la Auditoría General de la Nación, al establecer que Enarsa "estará sometida a los controles interno y externo del sector público nacional en los términos de la ley 24.156 de administración financiera".

Asimismo, el justicialismo admitió incorporar al proyecto que "bajo ningún procedimiento las modificaciones estatutarias podrán dejar al Estado en situación minoritaria".

La iniciativa, que tuvo dictamen de la comisión de Energía de la Cámara baja hace 15 días luego de un informe brindado por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, generó el rechazo del radicalismo, el ARI, los diputados provinciales, el socialismo y la izquierda.


Dudas sobre el control
Desde el Interbloque Federal, Alberto Natale (Demócrata Progresista) criticó la figura jurídica elegida por el gobierno y advirtió que la compañía "podrá contratar por sumas fabulosas y sin licitación pública".

Sostuvo, además, que las reformas propuestas por el PJ a la sanción del Senado "atenúan muy parcialmente una pocas situaciones que habíamos denunciado pero mantienen los vicios principales del proyecto original".

Pero Natale rechazó incluso la necesidad de contar con una compañía estatal de energía y, en el espacio opuesto al discurso de Blanco, aseguró que "la historia del Estado argentino no nos llena de orgullo".

La diversidad de opiniones a lo largo del debate dejó en claro que Enarsa era una propuesta resbaladiza para la oposición: Claudio Lozano (CTA) elogió los cambios adelantados por el PJ y votó a favor en general, pero el socialista Héctor Polino consideró las modificaciones "insuficientes" y se mostró a favor de una Sociedad del Estado tradicional.

Los radicales coincidieron con la necesidad de recuperar una empresa estatal de hidrocarburos, pero criticaron la forma elegida por el gobierno.

"El Ejecutivo no logró definir una política energética, por ende, es muy difícil presuponer que la creación de Enarsa pueda contribuir a este fin", sostuvo Horacio Pernasetti, titular de la bancada de la UCR.

Y, para terminar de dibujar un variado abanico ideológico, el ucedeísta Mauricio Bossa ensayó una defensa del neoliberalismo y pidió recordar "cuando la estatal YPF nos obligaba a importar petróleo porque no alcanzaba el autoabastecimiento".

Los cambios que aceptó el PJ permitieron dejar a la empresa bajo la fiscalización de la Sindicatura y la Auditoría General de la Nación, a la vez que se agregó un párrafo donde impide expresamente que el Estado quede en posición accionaria minoritaria.

La iniciativa contempla además que el Estado Nacional tendrá el 53% del capital societario, de los cuáles sólo se autoriza para la venta el 35%, en tanto que el 12% estará en manos de las provincias. La inclusión de modificaciones obligaron, de todas formas, a devolver el proyecto al Senado para acordar su sanción definitiva.

La Cámara de Diputados rindió homenaje a Rucci.