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 lunes, 30 de agosto de 2004

Procesos artísticos puestos en duda
Norberto Puzzolo reúne obras de los últimos 40 años en su muestra "Antológica"

Nancy Rojas

Hacia fines de la década del 60, el arte atravesó una instancia de cambios vertiginosos a través de un proceso acelerado de modernización y politización de las manifestaciones artísticas.

En ese entonces, la intensidad de la vanguardia provocó la emergencia de ciertos puntos de vista tendientes a poner a foco y a intentar comprender el arte contemporáneo, considerado por algunas voces coetáneas como una "experiencia controvertida".

Actualmente, el estado del arte y el contexto social, político y cultural manifiestan grandes diferencias con respecto a aquella época. Sin embargo, aún sigue siendo necesario indagar en aquella historia y discutir la vigencia de algunos de sus componentes en el arte actual.

Asimismo, es posible rescatar las voces de algunos de los artistas que promovieron aquellos cambios en el marco de los desarrollos vanguardistas, y que, pese a las contingencias, luego decidieron seguir desarrollando su producción por otras vías.

Norberto Puzzolo, quien a los 16 años empezó a tomar clases de pintura con Juan Grela, y que mantuvo una relación estrecha con el pintor Anselmo Piccoli, inició su recorrido artístico en los 60. Formó parte del paradigmático Grupo de Rosario, participando en muestras como: "Opni" (1967), "El Arte por el Aire" (1968), el "Ciclo de Arte Experimental", auspiciado por el Instituto Di Tella en Rosario (1968), y en la obra colectiva de denuncia "Tucumán arde". Un hito en la historia del arte argentino, que dejó una marca crucial en su desarrollo posteriores.

Hoy es posible conocer la producción de este creador en la muestra "Antológica" que se realiza en el Museo Castagnino (Pellegrini y Oroño).


Crítica a una concepción lineal
En esta muestra prima una cualidad que comporta cierto cuestionamiento hacia una concepción lineal de los procesos artísticos históricos: la interacción espacial entre sus estructuras primarias -las mismas que había presentado en los 60- y sus fotografías. Las distintas series de fotos, las cuales conforman un recorrido fluctuante y diverso, conllevan algunos rasgos permanentes, inherentes al uso particular que hace de un medio: la fotografía. En este campo del lenguaje artístico, Puzzolo transita las vías de una imagen más bien intimista, de fuertes conexiones con su historia personal.

En efecto, a lo largo de su proceso, pasado y presente aparecen conectados a modo de interrogación. Por una parte, es posible ver que, en algunos casos, el uso de mecanismos como los efectos de difuminación, responden a este carácter. Asimismo, la presencia de una suerte de íconos que marcan rastros de identidad, como las manos y el rostro. En este sentido señala: "Quizás sea por esa conexión irremediable que tiene la imagen fotográfica con el pasado, con lo que ya no está, aunque más no sea por ese cambio mínimo que ejerce el paso del tiempo, que modifico mis fotografías...".


El recuerdo de la dictadura
La vigencia de otros tiempos también aparece en otra producción en donde, desde una atmósfera intimista, responde a la necesidad de señalar ciertas roturas, remitiendo a los momentos álgidos de la dictadura. La serie "Nunca más" contiene los componentes de dicho repertorio.

Otro costado del pasado se puede visualizar en los retratos de artistas rosarinos. Grela, Piccoli, Vanzo, Ouvrard, Cochet, Uriarte, García Carrera, Ottmann y Pedrotti fueron fotografiados por el artista. En las salas de esta exposición, estos retratos recuperan esa historia del arte rosarino marcada crucialmente por la figura de ciertos maestros.

Esa presencia del pasado en su obra es el signo de una actitud de rescate que lo ha conducido a instalarse en la esfera del compromiso. A lo largo de su proceso, lo ha hecho desde un lenguaje resuelto en función de resignificar determinados símbolos. En este sentido, sus "Cielitos argentinos" con escombros constituyen una cara definitoria de este rasgo, manifestando también connotaciones claras y alusivas a estos tiempos.

De un modo efectivo, Puzzolo puso en conflicto todas estas instancias de diálogo presentando nuevamente la obra de las sillas, que constituyó la primera manifestación del "Ciclo de Arte Experimental" del 68 en Rosario. Esta obra formula un punto de partida y a la vez una instancia de reflexión en el campo de su producción actual.

Su presencia manifiesta la posición de este autor ante la historia, sumando a esto el sentido que tiene el hecho de reconstruir las estructuras primarias de los 60 y colocarlas en el mismo espacio de exposición en donde se hallan las fotografías.

De este modo, Puzzolo abrió el camino a otras posibilidades de confrontación para las búsquedas actuales. Entre ellas, la de situar el campo de la reflexión con miras hacia un contexto que determina en forma cíclica, un corrimiento de los límites entre dos tiempos que parecen ser eternos: el ayer y el hoy.

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"Cielito argentino. Cayó piedra sin llover", obra de Norberto Julio Puzzolo.

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