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 miércoles, 28 de julio de 2004

Procesan al joven acusado de matar al taxista Aldana por homicidio agravado
Lo complicaron los dichos de dos menores que iban en el auto. El "Toca" Abregó enfrenta un horizonte de perpetua

María Laura Cicerchia / La Capital

El acusado del crimen del taxista Juan Carlos Aldana fue procesado como autor de homicidio agravado, un delito que se pena con prisión perpetua. La resolución se sustentó en las declaraciones de dos menores que participaron del último viaje de Aldana pero descendieron antes del desenlace fatal, cuando en el auto sólo quedaban el chofer y el Toca, el joven ahora procesado. "El Toca estaba muy loco. Me di cuenta de que algo estaba por hacer", relató uno de esos pibes.

David Ramón Abregó, de 20 años, se encuentra preso en el penal de Coronda desde el miércoles 11 de febrero de este año. Ese día, la policía lo apresó luego de casi cinco meses de búsqueda gracias a un dato que aportó el padre de la víctima, que se llama igual que su hijo y también es taxista. Desde la muerte de su hijo, Aldana padre, según contó él mismo, se dedicó a buscar información para dar con el presunto homicida de Juanchi, como llamaban al chofer ultimado.

La jueza de Instrucción María Luisa Pérez Vara acusó a Abregó de ser el autor material de un homicidio cometido para preparar, consumar u ocultar otro delito, en este caso un robo. Esa figura penal, prevista en el artículo 80 inciso 7º del Código Penal, se castiga con pena de prisión perpetua. Hasta ayer la resolución no había sido apelada por la defensa del imputado. Si el dictamen judicial no es cuestionado en los próximos días, la causa podría pasar directamente a juicio.

Juanchi Aldana tenía 35 años y tres hijos. Trabajaba en el radiotaxi 4555555 y tenía su parada en Rondeau y Washington. Su último viaje fue el 15 de septiembre de 2003, cuando tomó pasajeros cerca del boliche La Diosa, en San Nicolás y Salta. El chofer se detuvo ante señas que le hizo un grupo de chicos que estaba junto a una mujer con un bebé en brazos. La policía supone que paró por esa mujer, que no formaba parte del grupo. Al auto subieron tres jóvenes: David, de 17 años, Carolina Alegre, de 17, y el Toca, quien se sentó en el asiento del acompañante.

El chofer llevó al trío hasta pasaje Einstein y Garzón, donde recibió un disparo en la cabeza que le provocó la muerte en el acto. Dentro del auto, que terminó estrellándose contra una ochava, quedaron las pertenencias del chofer: la recaudación y los equipos del vehículo estaban en su lugar. Por lo que se presume que el robo no llegó a consumarse.

En ese momento, los dos menores que acompañaban al Toca quedaron detenidos a disposición del juez de Menores Jorge Cartelle. También fue apresada otra chica, de sobrenombre Chichi, que esa noche había salido con el grupo pero decidió volver a su casa en colectivo. Las dos chicas se fugaron quince días después del penal de menores de Cafferata al 300, pero luego volvieron a ser detenidas. David y Carolina, que ya es mayor de edad, siguen presos por su participación en el hecho.

Desde un principio la pesquisa policial apuntó a Abregó como autor del homicidio. Pero recién lo apresaron cinco meses más tarde en un rancho de Barra al 300 bis donde se entregó sin oponer resistencia. Para procesarlo, la jueza Pérez Vara tuvo en cuenta los testimonios de los dos menores. Ambos señalaron que bajaron del auto antes del disparo, cuando en el taxi sólo quedaban el Toca y el chofer. A los pocos minutos, según dijeron, escucharon el disparo y el choque en la esquina.

"Vi que el Toca estaba enronchado antes de subir al taxi. Estaba muy loco. Me di cuenta de que algo estaba por hacer", declaró David, quien asegura que esa noche no vio armas. Lo que dicen en el entorno del Toca es que el plan del grupo era viajar sin pagar y usar el arma para asustar al chofer, pero no para matarlo.

El crimen de Aldana sensibilizó al gremio de los taxistas, quienes se concentraron en Tribunales cuando el acusado fue trasladado allí para prestar declaración indagatoria. Por razones de seguridad, la policía lo condujo al juzgado con un chaleco antibalas.

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Una marcha de taxistas tras la muerte de Aldana.

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