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 domingo, 25 de julio de 2004

Dieta y ejercicios: Energía de invierno

Frío, días grises, falta de luz solar y ganas de quedarse en casa (que más se puede decir de la llegada del invierno). Todos conocemos sus características, pero no terminamos nunca de aceptarlas. Para la concepción oriental cada estación del año puede darnos la posibilidad de conocer e indagar nuevos enfoques de la vida desde distintas perspectivas.

Los seguidores del taoísmo en China, siempre intentan armonizar el cuerpo físico, mental y emocional con las diferentes variantes que nos brinda la naturaleza, interrelacionándolas con todas sus características de movimiento y cambios climáticos. Para ellos todo el universo trabaja en unidad y acorde con la mística de la creación.

En la medicina tradicional china consideran que en esta etapa del año los órganos más sensible son los riñones: uno de los principales artífices en la producción de la energía corporal, a los que se deben cuidar del frío y del buen funcionamiento por medio de automasajes y buen consumo de agua. La emoción con que lo relacionan es el miedo. Por consiguiente el primer paso que debemos dar es superar el temor al frío para que no afecte a nuestra energía.

Nuevas formas de sentir

De nada sirve quejarnos del frío. La actitud es descubrir qué tiene el invierno para ofrecernos, y si sabemos observar la naturaleza podemos encontrar la respuesta. En el reino animal muchos animales aprovechan a invernar, quedándose en sus cuevas o refugios para recargar energías y recuperar fortaleza para la llegada de la primavera y el verano. En el mundo vegetal las semillas se preparan interiormente para que en la próxima estación se transformen en plantas; los árboles aprovechan el invierno para despojarse de lo viejo e innecesario, purificándose para lo que viene y poder resurgir con fuerza.

Cambiar el enfoque y verlo desde un plano más espiritual puede ayudarnos a abrir una puerta que muestre nuevas formas de sentir y percibir las cosas. En el ser humano, el frío intenso invita a buscar calor de hogar, lo exterior lleva a lo interior (en sentido metafórico es un meternos hacia adentro) pero ese meterse hacia adentro habla de replegarse para la reconstrucción y fortalecimiento.

Es por eso que los orientales, en disciplinas como el tai chi chuan, intensifican el trabajo y aconsejan aprovechar las características del invierno para profundizar prácticas de meditación, y el desarrollo de ejercicios de energía interna con mucha movilidad como la técnica del chi kung, junto a la práctica de formas corporales a distintos ritmos que producen un especial calor corporal interno.

Hacia adentro

El invierno debe representar la oportunidad de poner en orden nuestro interior, distante del bullicio y la actitud extrovertida de la primavera y el verano donde todo apunta hacia afuera. Los días invernales son más grises y silenciosos, eso brinda características ideales para unificar cuerpo, pensamientos y sentimientos, reencontrándonos con nuestro ser. La consigna es un cuerpo sano además de permitirnos emociones y búsqueda de tranquilidad.

Para eso debemos hacer lugar en días invernales a prácticas de ejercicios respiratorios, movilidad articular, flexibilización y movimientos del cuerpo a distintas velocidades. Acompañar con alimentos saludables, consumir frutas y verduras tratando de lograr un buen funcionamiento intestinal porque la desarmonía de este órgano, para los sabios chinos, tiene relación con los resfríos y los procesos gripales.

Con la meditación ayudaremos a limpiar todo lo negativo que puede andar circulando en nuestros pensamientos. Dejar que la mente sea absorbida por el silencio, disfrutar de él sin objetivos dejando que trabaje por nosotros. Sólo es cerrar los ojos, buscar una postura cómoda y permitirnos que surja la calma para reorganizarnos por dentro. El desafío es que la semilla que llevamos interiormente se prepare para florecer con todas sus potencialidades (muchos de nosotros vivimos ignorando nuestras mejores virtudes que están adormecidas dentro nuestro).

Búsqueda del ser

Este período es el mejor momento para conectarnos con esa esencia y reencontrarnos con nuestra verdadera fuente de energía, la que dará la vitalidad exacta para superar obstáculos. Es momento de encuentro con nuestro propio ser, dando espacio a pensamientos estimulantes y movilizadores.

Pero que esa búsqueda del ser no nos aísle. En nuestro hogar a pesar del frío, las puertas deben abrirse para los amigos y afectos más cercanos. Ellos también aportarán calor necesario para hacer más accesible el invierno. También aprovechar momentos de sol para caminatas, disfrutar de una sesión de masajes, tomar baños de inmersión y dormir bien completan las necesidades para que las energías funcionen a pleno y en armonía. Esto dará espacios para la reconstrucción de una vitalidad que movilice voluntades y decisiones en proyectos nuevos, en la concentración de trabajos manuales o en cosas que deleiten, evitando depender de lo exterior y de los demás para que regulen los estados de ánimo.

Descubrir lo positivo del invierno, es un trabajo que debemos tomar si queremos liberar desde nosotros mismos las fuerzas necesarias que proporcionen armonía y bienestar. Predisponernos a aceptar el invierno en toda su dimensión y de la mejor manera, es la llave que está en nuestras manos.

Daniel Capello

Instructor de tai chi chuan

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