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 sábado, 15 de mayo de 2004

Familiares de rosarinos muertos por la delincuencia y la violencia policial estuvieron con el Jefe de Estado
Kirchner prometió cambios judiciales a los padres de víctimas de delitos
Dijo que antes "tapar tenía recompensa" y que intenta generar un punto de inflexión para que renazca la justicia

Rodolfo Montes / La Capital

Diez representantes de la organización rosarina "Padres del dolor" participaron ayer de una jornada nacional de víctimas del delito que reunió a 250 personas con el presidente Néstor Kirchner. El jefe del Estado dedicó dos horas y media a escuchar individualmente los relatos de cada familia. Al final, en un discurso breve, cargó contra los gobiernos y las policías que "premiaron la impunidad y al deshonesto". Y se comprometió a generar "un punto de inflexión" para que "la justicia vuelva a renacer en el país".

Kirchner acudió ayer a la tarde al encuentro celebrado en el club Banco Nación, en Vicente López, a cinco cuadras del estadio de Platense. Dedicó su visita a interiorizarse sobre el estado de cada uno de los casos, comprometer su ayuda y a gestionar entrevistas tanto con los funcionarios de su Gabinete como con los gobernadores y autoridades provinciales. Recibió aplausos cuando mencionó su compromiso a "dar pelea" por la justicia. "Nos harán zancadillas pero cada día vamos a ser más. Porque la Justicia tiene que ser para todos, para los que tienen más y los que tienen menos", enfatizó.

El encuentro organizado por el Ministerio de Justicia de la Nación, desde el Programa Nacional Antiimpunidad, consiguió reunir familiares de víctimas de 20 provincias del país. Arrancó a las 9 de la mañana con agenda precisa y modalidad de trabajo rigurosa. Más de 20 mesas con grupos de una decena de participantes fueron guiados en los debates por coordinadores entrenados para facilitar el equilibrio en las intervenciones. Durante unas ocho horas intercambiaron relatos de sus dolorosas historias y se miraron al espejo con otros argentinos, hasta ayer desconocidos.


Emociones y promesas
"Las cosas que hoy me tocaron escuchar mortifican el alma", empezó Kirchner. "Pero es la Argentina que nos quedó, donde durante muchos años se practicó la cultura de la impunidad, donde tapar las cosas tenía recompensa, se premiaba al deshonesto y teníamos los valores controvertidos". Esta actitud, señaló, estuvo "inserta en la Justicia, la policía y los gobiernos".

El Presidente recorrió el salón mesa por mesa y escuchó de primera mano cada historia. En varias ocasiones dio indicaciones a sus colaboradores para que concretaran en el momento, vía teléfono celular, audiencias de familiares con altos funcionarios nacionales. Esa fue la experiencia de Beatriz Cutro, la mamá de Carla Palma, la chica de 27 años que el 24 de junio del año pasado murió al estrellarse cuando dos adolescentes la asaltaron para apoderarse de su moto en Sucre al 1000, el año pasado. A la mamá de Carla le alcanzaron un teléfono móvil y la pusieron en contacto con el Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli. "¿Puede venir hoy a la noche?", le dijo Parrilli. "Prefiero la semana que viene porque se me va la combi que vuelve a Rosario", le contestó Beatriz. Quedaron, entonces, para el próximo 20 de mayo.

Otro tanto ocurrió con dos familiares de víctimas de La Plata, Elena Barbarelli y Patricia Salapia. En pocos minutos, un celular plateado que salió del bolsillo del vocero Miguel Núñez tenía al ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanián, del otro lado de la línea. "Nos convocó para hoy a las 19", dijeron las platenses a La Capital.

Otra rosarina, Gladys Gauna, no pudo ocultar la emoción por la rotunda identificación que encontró en decenas de historia trágicas como la suya. El 8 de agosto de 2002 un balazo policial mató a su hijo, Carlos Gauna, en un baldío de barrio Ludueña. "Necesitamos que los jueces investiguen, y que no deban favores a los políticos ni a los policías", señaló Gladys. El policía que baleó a su hijo, Rubén Darío Blanco, hoy está preso. "Las leyes están y hay cumplirlas. Yo digo un no rotundo al endurecimiento de penas", dijo a este diario.

También llegó al encuentro Alicia D'Angelo, la madre de Maximiliano Infante, un chico de 20 años asesinado el 10 de enero de 2002 cuando repartía tarjetas magnéticas en Fisherton. "Me encantó venir. Acá nos dan bolilla, pero allá no existimos. El problema que tenemos es que en Santa Fe están poniendo trabas para que el Plan Nacional Antiimpunidad llegue a la provincia". A diferencia de Gladys, Alicia quisiera cambiar algunas leyes, como eliminar las salidas anticipadas de los condenados por buena conducta. "Y quienes matan o violan deben estar de por vida en la cárcel trabajando". En calma, Alicia dice que Juan Carlos Blumberg la representa en parte. "él tiene más repercusión porque tiene más contactos. Nosotros en cambio somos gente de trabajo..."

La delegación rosarina estuvo integrada por diez personas. Celia Elías, Gloria Vergara, Osvaldo García, Olga Domínguez, Catalina Delgado, Cayetana Hurnatori, Antonio Vallejos y las mencionadas Beatriz Cutro, Alicia D'Angelo y Gladys Gauna.

También se dieron cita los familiares de María Soledad Morales, Patricia Villalba, Marela Martínez, Diego Peralta, Sebastián Bordón, Daniel Bogani, Natalia Melmann, Emanuel Salacia, de las víctimas del triple crimen de Floresta, el triple crimen de Cipolleti y de los muertos en el ataque terrorista de la AMIA.

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Kirchner junto a los familiares.

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