Año CXXXVII Nº 48318
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
Cultura
El Mundo
Opinión
Escenario
La Región
Policiales
Página Solidaria
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Campo
Educación


suplementos
ediciones anteriores
Salud 03/03
Autos 03/03
Turismo 29/02
Mujer 29/02
Economía 29/02
Señales 29/02


contacto

servicios

Institucional

 sábado, 06 de marzo de 2004

Reflexiones
Haití: el recuerdo de las tropas de EEUU

Klaus Blume / Agencia alemana DPA

Muchos haitianos recuerdan todavía las imágenes: soldados estadounidenses patrullan en sus todoterrenos por las calles de la capital Puerto Príncipe, mientras las instalaciones estratégicamente importantes son vigiladas por los marines. Así fue ya en 1994, cuando las tropas de Estados Unidos intervinieron contra una dictadura militar en Haití. Tras los alborotos de finales de febrero y la caída del presidente Jean-Bertrand Aristide, muchos ciudadanos están contentos de que los "blancs" ("blancos") cooperen en el restablecimiento de la tranquilidad y el orden.

Sin embargo, al tratar con las unidades militares extranjeras tienen sentimientos encontrados. Estados Unidos intervino ya dos veces en Haití en el siglo XX y en las dos ocasiones no consiguió su objetivo de estabilizar políticamente el país. La primera vez, las tropas norteamericanas ocuparon Haití el 28 de julio de 1915, inmediatamente después de que una muchedumbre linchara al presidente Vilbrun Guillaume Sam. El objetivo oficial de la intervención fue restablecer el orden en el país sacudido por conflictos internos.

Pero, desde el punto de vista de los historiadores, la operación se dirigió también contra la influencia alemana en Haití. Inmigrantes alemanes dominaban por aquel entonces la economía del país y en Washington se temía que el Reich alemán pudiera erigir bases de la Marina en la república caribeña.

En 1918, poco antes del final de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Haití fue obligada a declarar la guerra a Alemania, con lo que se abrieron las puertas a las expropiaciones de alemanes. La ocupación estadounidense duró 19 años y para Haití fue traumática desde diversos puntos de vista. Los estadounidenses construyeron carreteras, hospitales y tendidos telefónicos, pero humillaron profundamente a los haitianos con su arrogancia racista contra negros y mulatos.

En sus proyectos urbanísticos, los ocupantes emplearon a agricultores como trabajadores forzosos y en su lucha contra los rebeldes "Caco" dejaron miles de muertos. Mientras, el vudú fue declarado "culto satánico". Narraciones desgarradoras sobre la religión popular haitiana fueron utilizadas más tarde por Hollywood como materia prima para películas de terror e impregnaron así durante décadas la imagen que de Haití se tenía en Estados Unidos.

Todo esto parecía olvidado cuando soldados de Estados Unidos entraron el 19 de septiembre de 1994 por segunda vez en Haití. El presidente Bill Clinton los envió en el marco de la operación "Uphold Democracy" (apoyo a la democracia) para permitir el regreso del presidente Aristide, derrocado por el Ejército el 30 de septiembre de 1991, al principio de su primer mandato. El creciente número de refugiados haitianos que abandonaban la isla en botes contribuyó a la decisión de Estados Unidos, no exenta de polémica, de intervenir militarmente.

Los simpatizantes de Aristide, que anteriormente sufrieron bajo el terror de los militares, aclamaron a los marines a su llegada a Puerto Príncipe y otras ciudades del país. Pero muchos políticos que no simpatizaban ni con el Ejército ni con Aristide se sintieron heridos en su orgullo nacional.

La intervención de 1994 discurrió pacíficamente, con excepción de algunos incidentes. Después de una semana, el Ejército de Haití comenzó a disolverse a consecuencia de las deserciones masivas. Por ello, a Aristide le resultó más fácil eliminarlo completamente y así desapareció un factor tradicional de poder de la política haitiana.

El 31 de marzo de 1995, el mando de la tropa internacional fue entregado a las Naciones Unidas. Los últimos cascos azules se retiraron a finales de 1997, pero no se consiguió el objetivo de crear una democracia estable. Después de las elecciones manipuladas de 2000, se profundizaron las diferencias entre Aristide y la oposición civil, y la situación finalmente se recrudeció a principios de este año.

Ahora, los haitianos esperan a ver si sus políticos consiguen crear condiciones políticas más estables bajo la protección de los "Blancs". "En realidad es una vergüenza que tengamos a los estadounidenses ante nuestro palacio", dijo la semana pasada uno de muchos jóvenes que observaban al pasar a los marines ante la sede presidencial. "Pero querría que nos ayudaran a organizar nuestro país. Después se deben ir".

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados