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 miércoles, 03 de marzo de 2004

Furia en la madrugada. El temporal causó numerosos daños materiales
Vientos huracanados de 128 km tiraron más de 300 árboles y volaron techos
Desde hace cuatro años que no se registraban ráfagas de esa intensidad. De milagro no hubo víctimas fatales

Isolda Baraldi / La Capital

Una tormenta con vientos huracanados irrumpió con ferocidad ayer a la madrugada en Rosario y varias localidades vecinas. El temporal dejó un saldo de más de 300 árboles caídos, al menos cinco heridos (uno de ellos continuaba ayer internado en el Heca), techos volados, más de 37 mil domicilios sin luz, cables cortados, autos aplastados por añosos troncos, semáforos arrancados y tapas de tanques de agua voladas, entre otros daños. A las 3.10, las ráfagas de viento alcanzaron a los 128 kilómetros por hora. "El fenómeno fue particular por la intensidad que tuvo, por la amplitud del área que alcanzó y por el tiempo durante el cual se mantuvieron los fuertes vientos. De milagro que no tenemos que lamentar víctimas fatales", describió ayer el responsable de Defensa Civil, Marcos Escajadillo.

"Nos despertamos asustados por las ráfagas de viento que eran muy fuertes y tiramos lo que encontrábamos arriba del techo para sujetarlo, pero igual se volaron las chapas y también los tirantes", relató angustiada a La Capital Sandra Aguirre.

La mujer estaba durmiendo en su precaria vivienda de barrio Belgrano, Pampa 7458, junto a su esposo Guillermo y sus dos pequeños hijos, de tres y un año y medio. Desolada -pero sana y salva- la familia se trasladó a la casa de la madre de Sandra que vive cerca del lugar. Ahora deberá reconstruir su vivienda, ya que no sólo se le volaron las chapas del techo sino también los tirantes y una de las paredes se derrumbó. Como si esto fuera poco la lluvia arruinó los pocos muebles del hogar. La Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad al menos asistió ayer a una decena de familias en condiciones similares.

Según se indicó desde la oficina local del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el temporal comenzó a las 2.50 y finalizó a las 6.50 de ayer; mientras que los fuertes vientos se registraron a las 3.05 y terminaron a las 5.50, teniendo el pico máximo a las 3.10 cuando hubo ráfagas de hasta 128 kilómetros. La lluvia no fue intensa: sólo cayeron 22 milímetros.

Desde el SMN aseguraron que no existen registros de vientos similares al menos desde el 2000. Es que las ráfagas más violentas se registraron en Rosario el 21 de noviembre de 2001, cuando treparon a los 115 kilómetros.

Las ráfagas huracanadas atemorizaron a los rosarinos que escucharon los destrozos de vidrios, persianas rotas, carteles callejeros que volaron en algunos casos más de cien metros y que sacudieron los pisos más altos de los edificios.

Asombrados los dueños de la librería La Cubana, la sucursal de avenida Alberdi y Reconquista, se encontraron con que dos grandes vidrieras del negocio estallaron en pedazos y los útiles escolares se desparramaron sobre la vereda.

Mientras que un paredón del Club Atlético del Rosario directamente se cayó en el tramo que está construido sobre Córdoba entre Crespo e Iriondo. Los destrozos también alcanzaron a la Escuela Nº63, ubicada en Pedro Lino Funes y Cochabamba, donde directamente se desprendió parte del techo del establecimiento.

El panorama desolador alcanzó a los parques Independencia y Alem que lucieron ayer por la mañana prácticamente arrasados, ya que árboles, ramas y también los juegos infantiles fueron arrancados de cuajo de los espacios verdes.


Asombro y temor
Inés vive en un séptimo piso en Ayacucho casi 3 de Febrero y aseguró que le encantan las tormentas, pero como la de ayer definitivamente "no". "Estaba durmiendo con la ventana abierta porque la pieza da al oeste y durante el día se recalienta. Primero, empezó una brisa agradable pero de golpe se levantó un viento increíble. Rápido bajé la persiana y corrí hacia el lavadero a sacar la ropa colgada, sentí que el viento me envolvía y en el mismo momento se escuchó un ruido infernal: la persiana que yo misma había bajado se partió al medio y se rajó uno de los vidrios", relató la joven.

Ante esta situación, ella y su pareja decidieron mudarse al living. "Levantamos el colchón y lo corrimos hasta la sala. Después cerramos la puerta del dormitorio y esperamos hasta que amanezca, mientras rogábamos que el viento termine, teníamos miedo de que los vidrios estallen en mil pedazos", agregó.

"No sé si será porque estamos cerca del río y del parque (Urquiza) pero nunca habíamos escuchado el viento de esa manera", prosiguió Inés tras contar que unos vecinos suyos quedaron con parte de un cerramiento del balcón flameando. "Son personas mayores y salieron al palliere desesperados", recordó.

El propio intendente Miguel Lifschitz siguió de cerca desde temprano el trabajo de las distintas cuadrillas de la Municipalidad que se dedicaron a solucionar los destrozos que produjo el fenómeno meteorológico a lo largo y ancho de la ciudad.

Es que distintas reparticiones municipales se volcaron ayer a las calles durante toda la jornada coordinadas por Defensa Civil. Así salieron cuatro móviles de la Central de Emergencias, además de unas 20 cuadrillas de Alumbrado Público; unos cien operarios de Parques y Paseos y personal de Control Urbano. Según Defensa Civil los trabajos continuarán hoy y mañana para terminar de solucionar los daños que dejó la tormenta.

En la guardia del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) se asistió ayer a Hugo Spinoza (18 años), oriundo de Zavalla, quien fue golpeado por una gran rama arrancada por el viento. Sufrió traumatismo de abdomen. Todo ocurrió cuando el joven se retiraba de un bar con unos amigos y no atinó a refugiarse un algún sitio, por lo que sufrió lastimaduras de consideración, aunque está fuera de peligro. Además, en ese centro de salud se asistieron algunas personas con cortaduras y golpes, que fueron dadas de alta inmediatamente.


A oscuras y sin tono
La tormenta afectó particularmente el servicio de luz. A las 10 de la mañana de ayer la Empresa Provincial de la Energía (EPE) dio cuenta que estaban fuera de servicio 15 líneas de media tensión, situación que dejó a oscuras al 53 por ciento de los vecinos de la zona oeste, el 29 por ciento de la zona norte y el 18 por ciento de la zona sur. En total más de 35 mil clientes. Pero a esa cifra hay que agregarle los afectados por dificultades en la red, además de 60 cables cortados -muchos de ellos por las caídas de árboles- que según la EPE dejaron sin luz a otros 1.800 clientes.

También desde la empresa indicaron que el reestablecimiento total del servicio demandará más de un día de trabajo, por lo que ayer al cierre de esta edición quedaban 12.500 clientes sin luz.

Mientras tanto, desde Telecom se informó que a raíz de la tormenta unos 150 abonados quedaron sin servicio telefónico, y desde la empresa se advirtió que recién al término de la semana se podrán solucionar los inconvenientes. Más allá de la violenta madrugada que se vivió, la jornada de ayer finalizó con sol y una temperatura máxima que marcó 25,6 grados a las 16.

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Pasco entre Italia y España. El viento arrancó de raíz un árbol y cayó sobre un auto.

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