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 sábado, 28 de febrero de 2004

Patrimonio histórico. Se iniciaron los festejos del centenario de El Círculo
Silvia Alderoqui: "Faltan políticas culturales provocadoras que acerquen a los sectores excluidos"
La especialista en ciencias sociales disertó sobre herencia y transmisión cultural

"El derecho a la belleza es un derecho de todos", dijo Silvia Alderoqui, una especialista en el aprovechamiento pedagógico de los museos. Lo hizo al final de una exposición que mantuvo por casi dos horas sentadas en las butacas del teatro El Círculo a casi setecientas docentes. La conferencia, titulada "Transmisión del patrimonio: derecho a la herencia"· se realizó el jueves pasado, en el marco de los festejos del centenario del teatro rosarino. La asociación cultural que lo preside eligió una temática educativa para lanzar una serie de actividades que buscan difundir y conservar el patrimonio cultural e histórico que representa el edificio (ver aparte).

Y no es casual que Alderoqui haya considerado que la belleza es un derecho urbano. Durante su disertación se dedicó a buscar las razones que invitan a pensar que los museos y edificios históricos -como El Círculo- ya no son espacios pensados para un grupo social determinado, pequeño, sino que constituyen un patrimonio de todos los ciudadanos.

En todo caso, señaló la coordinadora del programa "Museo de las escuelas" de la ciudad de Buenos Aires, el desafío ahora es ver cómo la población excluida de este derecho a la belleza urbana empieza a disfrutarlo. Para eso dio su propuesta: "Hacen falta políticas culturales provocadoras para acercar a estos sectores de la población que se han mantenido excluidos".

Entonces Alderoqui apuntó a la escuela como el nexo posible para acercar a cientos de chicos a estos espacios culturales y patrimoniales. Claro que la docente invitada no desconoce la realidad de cientos de familias que viven con necesidades básicas insatisfechas, y señaló que éste es el desafío que justamente le tocará a los maestros: pensar estrategias que posibiliten este acercamiento planteado, pero que además se apropien -con libertad, aclaró- de ellos y los sientan como suyos.

Aunque definió este conjunto de espacios culturales como de "bien común", también insistió en la idea que los mismos "no son apropiados por todos por igual ni por todos los sectores de la sociedad". Al respecto, recordó que justamente es en estos sectores más desfavorecidos que estos bienes no son vistos como prioritarios, "porque las necesidades son otras: la comida, tener un lugar para vivir", ejemplificó.

Por eso abogó para que esta política provocadora de la que habla garantice el acercamiento para brindar esa oportunidad, "luego vendrá la apropiación". Alderoqui es también especialista en didáctica de las ciencias sociales. Por eso luego de definir y diferenciar los conceptos de herencia, patrimonio, transmisión y memoria señaló que han cambiado de significación según los contextos históricos y se volcó a mostrar cómo deben ser enseñados en las aulas.

Para el caso trajo durante su charla, matizada con fotografías, películas y cuadros que acompañaron constantemente su relato, la anécdota de un grupo de alumnos cuando recorría un museo de la ciudad de Buenos Aires. "¿En la época colonial no había mujeres?". La pregunta la había realizado un niño luego de mirar una serie de cuadros de la época instalados en el museo. Y tenía fundamento: en cada imagen sólo se veían hombres y soldados.

Por eso, para la pedagoga es fundamental entender que cuando se visitan estos espacios hay que comprender que "sólo se verá una parte, no el todo", aquella que decidió guardar un grupo de personas.

Al respecto, señaló que por el contrario a esta idea reducida que ha tenido la conservación de los bienes culturales, limitada a lo ornamental y a los edificios, "algo se convierte en patrimonio cuando un grupo de personas selecciona, jerarquiza y elige algunas cosas y de deja de lado otras para integrar ese conjunto de bienes". En este caso, "es la sociedad la que decide el valor de esos objetos y cómo deben ser recordados por las generaciones que vienen".


Vida cotidiana
En este cambio de rumbo en la idea de conservación y preservación se inscribe la necesidad que van marcando las distintas sociedades de contar y guardar no sólo la historia política sino también "la de la vida cotidiana". Alderoqui invitó entonces a los docentes a mirar el fenómeno de "museización" que se empieza a desarrollar por la década de los 80 en el mundo occidental como una necesidad de dar cuenta de la vida de todos los días y de hacer de ciertos hechos y costumbres un recorrido. Algo que -recordó- algunos autores europeos llaman living history (viviendo la historia). Para el caso recordó los museos sobre el pan, el chocolate o el ferrocarril.

En este punto se detuvo para recordar que en este proceso de reconocimiento de los bienes culturales el patrimonio pasa a ser un proceso donde la sociedad tiene una participación activa. Pero señaló también que "además de esta mirada poética hay que reconocer otra, que está en lo económico". La apreciación la hizo en referencia a las industrias culturales que acompañaron esta expansión en los cambios de sentido de lo que es un museo o espacio histórico.

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"El derecho a la belleza es un derecho de todos".

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