"Las invasiones bárbaras": La trampa de la realidad

Rodolfo Bella / La Capital

(***) "Las invasiones bárbaras" retoma a los personajes que Denys Arcand abandonó hace 17 años, cuando rodó "La decadencia del imperio americano". Aquel filme planteó todos aquellos conflictos entre la civilización industrializada y el universo de las ideologías. Las viejas subjetividades hoy encuentran a los personajes con la vitalidad intacta -a pesar de la agonía de Remy- pero mucho más cínicos. El director, también autor del guión, desliza su encrucijada personal a través de sus personajes y, según lo sugiere, la única manera que encuentra para devolverles la integridad y la dignidad es aislándolos. Así, Remy es destinado a un piso privado del desbordado hospital público donde se encuentra internado, y luego a una casa de campo, donde sus amigos se reúnen para la despedida final. Lo patético de la situación es que el director no se engaña y demuestra que esos privilegios sólo son accesibles gracias al dinero de su hijo, a quien llama "el príncipe de los bárbaros".

R.B.