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 domingo, 22 de febrero de 2004

Producción. Los empresarios santafesinos están preocupados por un eventual desabastecimiento de gas y electricidad
La crisis energética inquieta a las industrias de la región
La infraestructura actual está al límite de su capacidad. Aún no vuelven las inversiones necesarias para responder al aumento de la demanda de los sectores productivos

Patricia Martino / La Capital

El sector energético enfrenta un incierto escenario. El repunte de la actividad económica durante el 2003 repercutió directamente en un mayor consumo de energía eléctrica y gas, dos de los insumos vitales para la industria, y si este año el desarrollo sigue consolidandose se prevé que la demanda aumente. Pero ¿se podrá responder a este incremento? Los empresarios de la región ya muestran su preocupación ante un eventual desabastecimiento y el impacto que una crisis energética tendría en la reactivación económica del país.

Si bien hasta el momento la actual estructura eléctrica y gasífera pudo responder a las necesidades del mercado, no se sabe a ciencia cierta cuanto tiempo más aguantará. Empresarios de Santa Fe ya expusieron su inquietud ante el gobierno provincial y nacional y reclamaron seguridad en la calidad y en el abastecimiento del servicio.

Los problemas surgen por la falta de inversión en los diferentes actores involucrados en la cadena. La actual estructura no tiene capacidad para aumentar el volumen de gas ni de energía eléctrica. Por más que un distribuidor esté en condiciones de ofrecer más servicio, si no cuenta con el insumo, es inútil.

Ante este escenario cada uno de los actores involucrados en el sector reclama recuperar el nivel de ingresos perdidos luego de la devaluación y así invertir en infraestructura para responder al aumento de la demanda. Sin embargo, algunos analistas aseguran que si esta situación llega a concretarse será el último eslabón de la cadena, el consumidor, quien pagará los costos. Además esto se traducirá inevitablemente en un incremento del precio de los productos.

El parate de las inversiones se empezó a gestar a partir del proceso recesivo que culminó en la debacle de diciembre de 2001 y aún continúa. Si se decidiera volver a realizar obras para ampliar el suministro de gas y energía eléctrica se necesitarían entre 6 y 12 meses para concretar cualquier tipo de proyecto. Por eso los empresarios de la región advierten que a partir de abril, cuando comienza el mayor consumo, los problemas estarán en la puerta de cada industria.

Ni los sustitutos del gas o la energía eléctrica serían una solución para el desabastecimiento. El precio final de fuel oil para grandes industrias aumentó un 300 por ciento teniendo en cuenta los valores de diciembre de 2001 y junio de 2003, mientras que para el gas oil la variación fue del 200 por ciento. Es decir que el precio del fuel oil valía 0,11 $/m3 y se fijó en 0,44 $/m3 y el gas oil 0,20 $/m3 y pasó a 0,62 $/m3. Los combustibles alternativos encarecen en demasía los costos de la producción.

Las compañías encargadas de generar, transportar y distribuir tanto gas como energía eléctrica no volvieron a realizar obras de infraestructura argumentando que se vieron perjudicadas por la pesificación y que sus ingresos ya no son suficientes para este tipo de emprendimiento. La rentabilidad ya no es lo que era.

Por ahora el gobierno nacional no plantea una solución de fondo, aunque sí autorizó algunos aumentos de tarifas y la Secretaría de Energía monitorea de cerca posibles caminos a seguir. Tiene en claro que los reclamos del sector productivo pasan por no haber tomado las medidas necesarias para evitar el escenario que se viene para este invierno. Los empresarios están más que molestos porque también se tienen que hacer cargo de solucionar un problema que debería resolver el gobierno. "Mi problema es producir, no me trasladen otros problemas", gritó el dueño de una pyme.

A mediados de mes el Estado autorizó aumentos en la tarifa de grandes usuarios de luz que consumen por encima de 10 kilowatios de potencia y para los de gas con consumos de más de 9.000 metros cúbicos mensuales, facultó a la Secretaría de Energía para negociar el precio del gas con las productoras, y dispuso que los grandes usuarios compren el fluido directamente a las petroleras, sin necesidad de negociar con las distribuidoras.

Hasta ahora los aumentos de tarifas recaerían sólo sobre los grandes usuarios y no sobre los residenciales o las categorías inferiores de pymes. Es decir que quienes necesiten mayor consumo deberán pagar más, pero el gobierno considera que tienen recursos disponibles para hacer frente el recargo. La ecuación sería: más producción, más consumo, pero también más ingresos y dinero fresco para pagar más los servicios públicos. Lejos quedó la teoría de quién más consume, menos paga.

Sin embargo, el ajuste de tarifas implica una fuerte suba de los costos de producción, en especial para aquellas actividades que consumen mucha energía, las que se verán obligadas de trasladar el impacto a los precios si trabajan para el mercado interno o perderán competitividad si son exportadores.

No obstante, desde la Nación se argumenta que la medida afectará en un 90 por ciento a empresas exportadoras, las cuales deberían absorber el aumento y no trasladarlo a los costos. Por su parte, algunos economistas consideran que el impacto no se verá reflejado en los precios minoristas.

También muchos empresarios consideran que los aumentos anunciados pueden ser la vuelta al camino de la inversión y la consiguiente solución a los problemas de abastecimiento. No obstante, no dejan de insistir con que este año está perdido y que un proyecto de inversión sea en la producción, el transporte o la distribución demandará un año para su terminación.


Cómo pasar el invierno
"Necesitamos que el gobierno nos garantice el suministro de gas y de energía eléctrica. Para este invierno la crisis ya está desatada, casi con seguridad a partir de abril va a faltar el gas y no todos los empresarios pueden utilizar sustitutos", disparó Carlos Garrera, presidente de la Federación de Industriales de Santa Fe (Fisfe).

El dirigente sostiene que las empresas enfrentan un problema que deberían haber previsto los gobernantes. Además remarcó que Argentina exporta gas y energía eléctrica a Chile y a Brasil, cuando lo ideal sería que si sobra se venda en el mercado internacional pero sino no. "No deberíamos perjudicar el aparato productivo nuestro para beneficiar a otros. Si tenemos un proyecto de país en serio, esa debería ser la lógica", remató.

Garrera subrayó la idea de que un proyecto de inversión demora en concretarse y que la falta de acciones en los últimos dos años son la causa de los problemas para los próximos meses. Además puso en tela de juicio si el aumento de tarifas se traducirá en inversión.

Más industriales pusieron el grito en el cielo. Bernardo Basílico, vicepresidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos, se quejó de que en Santa Fe se pague la energía más cara que en otras provincias, además de que el aumento de tarifas afecta los costos de los industriales en forma directa y no les asegura el suministro.

El empresario indicó que el gobierno nacional, provincia o municipal deberían asegurar el crecimiento de las empresas y si falta un insumo tan vital como el gas o la energía eléctrica no se puede producir y no se pueden pagar los impuestos. "Ellos y no nosotros deberían preocuparse por la crisis energética que se viene", remató Basílico en referencia al papel del gobierno.


Administrar la escasez
Aníbal Paradiso, gerente de Relaciones Institucionales de Litoral Gas, aseguró que el suministro de gas para residenciales, pymes, GNC y grandes usuarios con contrato firme está asegurado. Pero advirtió que no se pueden hacer nuevos clientes porque no se cuenta con volumen para hacer frente. "Nuestra intención es hacer nuevos clientes pero no podemos", explicó.

Asimismo, remarcó que la demanda aumentó notablemente luego de la devaluación porque otros combustibles como el fuel oil o el gas oil se incrementaron en forma considerable y el gas no. "Muchas secadoras de granos que utilizaban fuel oil se pasaron al gas, por más que era necesario una inversión para adaptar las instalaciones les convenía el traspaso", señaló Paradiso.

La distribuidora de gas reclama inversiones en el sistema de transporte y considera que ahí esta la clave de los problemas. Si llega más gas se puede distribuir, sino no. No obstante sabe que los proyectos de infraestructura demanda tiempo y que este invierno será difícil la situación. "Tendremos que Administrar la escasez", remató el directivo de Litoral Gas.

Por su parte, la Empresa Provincial de la Energía (EPE) asegura que no habrá inconvenientes con el suministro, salvo que existan problemas con las generadoras. No obstante, la Nación se comprometió a generar energía con combustible líquido para hacer frente a una posible escasez del parque.

Desde el área de Relaciones Institucionales de la EPE, explicaron que actualmente con las tres formas de generar energía en Argentina (hidráulica, térmica y nuclear) se cubre la demanda de todo el país. Sin embargo, advierte que el consumo durante el 2003 aumentó un 8 por ciento y que si continúa este proceso habrá que analizar la forma de responder a este incremento.

La distribuidora eléctrica santafesina sostiene que si no cuentan con mayor volumen no pueden hacer que lleguen a los usuarios.

La EPE explicó que por ahora sólo deberá realizar obras a pedido de los nuevos emprendimientos que se realizarán en la provincia debido a que las empresas que se radicaran en la zona solicitaron mayor potencia energética. Santa Fe es el tercer mercado energético del país y representa el 10 por ciento del consumo total.

Respecto a los aumentos de tarifas para grandes usuarios, la EPE dejó en claró que sólo 220 usuarios recibirán su factura con incrementos de un total de 870 mil clientes en todo Santa Fe.

Por su parte, representantes del sector mayorista de electricidad sostuvieron que el aumento es insuficiente aunque remarcaron que es una señal positiva de parte del gobierno. Aseguraron que con el valor que pagan las empresas no se cubren los costos de explotación del gas ni las nuevas inversiones. Aunque el precio se está subsidiando el fondo de comercialización con recursos del Estado mediante un fondo de comercialización existe un fuerte reclamo para incrementar las tarifas.

Los referentes del sector coinciden con que habrá problemas de abastecimiento y que podría solucionarse con la suba de la cota de Yacyretá y de Atucha II, siempre y cuando se realicen las obras necesarias. Asimismo indicaron que se perdió mucho tiempo, pero aún se esta en condiciones de revertir la situación y frenar los problemas de desabastecimiento.


El cuello de botella es el gas
"Desde el punto de vista de la existencia del producto energético va haber dificultades con el gas y no con la energía eléctrica. El gobierno dio un paso importante que fue sincerar el precio del gas y liberar a los grandes usuarios para que contraten directamente con los productores. Pero esto impactará sobre el precio mayorista", remarcó Ester Fandiño, consultora de Mercados Energéticos.

La especialista considera que el detenimiento de las inversiones todavía no es un problema. "La situación desde diciembre de 2001 es crítica, las empresas consumieron repuestos, detuvieron su crecimiento, sin embargo este año no debieran verse problemas de calidad", explicó. No obstante, Fandiño advierte que faltan inversiones tanto en las distribuidora como en las transportistas.

Ante el tire y afloje por el tema de las tarifas la consultora asegura que el gobierno no fue de frente. "No se aumentaron las tarifas de los servicios públicos con la escusa de que afectaría a los pobres pero en realidad los más beneficiados fueron los grandes usuarios a expensas de los aportes del Estado nacional", disparó. "Los aumentos no tienen que ver con defender a los pobres, de hecho la calefacción que utiliza este sector es a kerosene o garrafa y fue el combustible que más aumentó", añadió.

Fandiño señaló que la falta de inversión y los consiguientes problemas que acarrean podrían haberse evitado si el gobierno hubiera manifestado certidumbre y no un escenario de indefiniciones como el que presentó. Además resaltó que se tomó demasiado tiempo para dar una respuesta. "Si hubiese dejado en claro que ahora no se podía aumentar pero más adelante sí, las empresas hubiesen invertido y financiado las obras necesarias y no estaríamos ante un panorama crítico", indicó.

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El suministro del servicio está en riesgo.

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