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 domingo, 25 de enero de 2004

El caso de los extorsiones para "arreglar" sumarios en la subcomisaría 24ª
Denunció corrupción policial y dice que en venganza llevaron preso a su marido
Nora Bolla aseguró que su esposo fue detenido con una causa inventada en represalia por sus testimonios

"Haber denunciado por extorsión a dos policías de la subcomisaría 24ª fue el comienzo de mi martirio", afirma Nora Bolla, una gestora de créditos de 40 años que en el mes de septiembre pasado acusó a los entonces jefe y sumariante de la seccional de su barrio, Empalme Graneros, de pedirle mil pesos a cambio de no abrirle un sumario por prostitución. Un mes más tarde, los dos oficiales cayeron presos en un operativo que montó las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) luego de que otro vecino los denunciara por una extorsión similar. Pero eso no puso fin al padecimiento de Nora, su esposo y sus cuatro hijas: el 2 de enero llevaron preso a su marido acusado de corrupción de menores en una causa que ella jura que fue "armada". "Le pagaron a la denunciante para que declarara en su contra", sostiene la mujer, que entiende que ese sumario fue confeccionado en venganza por haber declarado en contra de los policías.

El marido de Nora ya lleva 22 días preso en la comisaría de Arroyo Seco bajo acusación de facilitamiento de la prostitución y corrupción de menores. "Tiene un estado depresivo muy grande. Es injusto lo que le está pasando, porque es inocente y siente que no tiene por qué atravesar todo esto", describió desesperada la mujer, rodeada por sus hijas en su casa ubicada a dos cuadras de la subcomisaría 24ª.

Nora relata que comenzó a verse asediada por citaciones judiciales, allanamientos y detenciones luego de que ella misma acusara en Tribunales al ex jefe de la comisaría, comisario Jacinto Godoy, y al sumariante Walter Díaz, de chantajearla pidiéndole mil pesos a cambio de no inventarle una causa. Todo comenzó cuando ella se presentó en la seccional para denunciar que a su marido le habían robado la bicicleta cuando iba a la cancha de Central a cuidar autos, actividad que complementaba con su oficio de zapatero.

Poco después la citaron desde la comisaría. Ella pensó que tendría relación con ese robo. Pero los policías le dijeron que tanto ella como su hija de 18 años estaban acusadas de ejercer la prostitución. Al principio Nora pensó que era una broma, pero los policías enseguida la trajeron a la realidad: "Me pidieron mil pesos si no quería terminar en la alcaidía de mujeres".

La mujer denunció el intento de extorsión y al poco tiempo se vio envuelta en una causa penal por prostitución que está radicada en el juzgado de Instrucción Nº 4, Jorge Eldo Juárez. Ese sumario se sustentaba en una denuncia presentada por dos mujeres del barrio, madre e hija, que acusaban tanto a Nora como a su hija de 18 años de recibir clientes en su casa. La menor de las denunciantes había estado viviendo un tiempo en la casa de Nora porque era amiga de su hija.

"La chica estuvo acá un par de meses porque la madre la echó de la casa. Lo que me resulta sugestivo es que de esta casa se fue en abril, pero la denuncia por prostitución la presentó en septiembre. Casualmente, justo después de que yo denunciara a los policías", relacionó Bolla, quien sostiene que las mujeres "cobraron" para declarar en su contra.


Figuras repetidas
Otro punto que ataca Nora es que el sumario en su contra estaba firmado por los mismos policías que ella denunció. Y antes de que la citaran desde el juzgado, aseguró, los mismos policías recorrieron el barrio para elaborar el informe ambiental, que consta de declaraciones de los vecinos acerca de la consideración de la familia en la zona.

"Tomaron nombres y direcciones y anotaron lo que les decían los vecinos en un borrador, pero después escribieron lo que quisieron. Que éramos mala gente, pendencieros. En este barrio todos nos conocen y saben cómo vivimos. Ahora mis vecinos quieren ir personalmente al Tribunal para desmentir ese informe", sostuvo.

Un mes más tarde, el comisario Godoy y el sumariante Díaz fueron detenidos en un operativo filmado y grabado mientras recibían mil pesos marcados de un comerciante. El hombre, también vecino de Empalme Graneros, había denunciado que esos policías le exigieron dinero para no abrirle una causa por estafa.

Entonces la mujer pensó que los problemas con la seccional y las denunciantes habían terminado allí. De hecho, realza la labor de la actual conducción de la subcomisaría 24ª. Pero el 2 de enero recibieron una citación desde la División Judiciales de la policía local. Había una nueva imputación de la joven denunciante, que esta vez acusaba a su marido de haberle ofrecido dinero a cambio de sexo oral. Y el hombre quedó preso, en una causa en la que lo defiende el abogado José Luis Abichain Zuain.

"Hasta un chico de cinco años se da cuenta de que esto es algo preparado", remarcó Nora. Y si en la ocasión anterior consideraba que el fin último del armado de la causa era la búsqueda de dinero, esta vez sostiene que se trata de "una venganza" por haber inculpado a policías: "Quiero pedirle al juez que busque la punta del ovillo. Que empiece viendo por dónde empezó todo esto. Por una búsqueda de dinero que terminó con dos causas fabricadas", señaló.

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"Quiero pedirle al juez que busque la punta del ovillo".

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