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 domingo, 25 de enero de 2004

Aconsejan reducir prácticas innecesarias

En la Argentina, al igual que en el resto de los países de América Latina, la mayoría de las mujeres es sometida sin su consentimiento a diversas prácticas durante el parto que no sólo carecen de base científica que las respalde, sino que incluso implican ciertos riesgos para la parturienta y para su hijo. El rasurado perinatal, la enema momentos antes del parto y la episiotomía son algunas de estas prácticas sobre las que advierte un reciente comunicado del Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo Social (CLAP), organismo dependiente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS-OMS), en un intento por advertir a la comunidad de la necesidad de reducir su uso rutinario.

Sin embargo, quienes son más reticentes a abandonarlas son los mismos médicos acostumbrados a practicarlas sin preguntarse qué tan útiles son en realidad. "Es muy difícil lograr que los profesionales de la salud abandonen la práctica de procedimientos médicos que han realizado durante años", afirmó el doctor Fernando Althabe, obstetra argentino que actualmente se desempeña como investigador en la sede del CLAP en Montevideo, Uruguay. "Un factor que impide el abandono de estas prácticas es la actitud paternalista, cuando no autoritaria, de los médicos, que impide la apertura de un espacio de discusión que le permita a la mujer manifestar sus deseos", dijo.

Un caso testigo es el rasurado perineal que se suele practicar momentos antes de que la mujer ingrese en la sala de partos. Según el informe del CLAP, esta práctica se aplica en más de la mitad de las instituciones médicas argentinas, tanto públicas como privadas. "Fue adoptada porque se pensaba que la presencia del vello perineal podría incrementar el riesgo de infecciones maternas, aunque todos los estudios realizados al respecto demuestran que no es así", señala Althabe.

La práctica sigue formando parte hoy de la rutina del parto hospitalario por comodidad de los médicos. "El rasurado les permite realizar con más comodidad las suturas en caso de que haya un desgarro o una episiotomía -dice el especialista-. El resultado es que muchas mujeres que no quieren ser sometidas a esta práctica que resulta dolorosa porque se la hace de apuro, se terminan rasurando en sus casas momentos antes de acudir al hospital".

Lo mismo ocurre con la enema preparto que supone una situación intrusiva e incómoda sin ninguna utilidad práctica y que muchas mujeres se realizan antes de concurrir a la maternidad. Según el informe del CLAP, se pensaba que la evacuación durante el parto incrementaría la tasa de infecciones maternas y neonatales. Eso no es así, pero los médicos la siguen practicando porque no les gusta. "El resultado a veces es el contrario al buscado, ya que cuando se practica muy poco tiempo antes del parto lo único que se obtiene es una mayor evacuación", asegura Althabe.

La práctica que más preocupa a los especialistas en perinatología de la OPS es la llamada episiotomía: el corte quirúrgico que se realiza en la zona perineal para agrandar el canal de parto y evitar desgarros. "Los estudios demuestran que en los países en los que se evita el uso rutinario de la episiotomía las tasas de desgarros durante el parto son similares a las nuestras, donde la episotomía es empleada en forma rutinaria en la mayoría de los centros médicos".

Como toda práctica quirúrgica, la episiotomía aumenta el riesgo de infecciones y da lugar a situaciones de incomodidad y dolor durante el puerperio.

Para el doctor Althabe, una forma de reducir el uso de las prácticas innecesarias es que las mujeres estén informadas y conversen con el equipo médico que atenderá el parto durante las consultas prenatales, de modo de fijar su posición en estos temas. "No buscamos crear un conflicto entre pacientes y profesionales de la salud, sino sencillamente evitar prácticas que carecen de base científica y que incluso pueden resultar contraproducentes", concluyó el especialista.

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