Año CXXXVII Nº 48277
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
La Región
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Campo 24/01
Salud 21/01
Autos 21/01


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 25 de enero de 2004

Punto de vista: El CD-mochila de un chivo urbano

José L. Cavazza / La Capital

Como paredones tranquilos de barrios de otros tiempos o un viento nuevo de sonido de metal cruzando la ciudad en zigzag. Bajo estas imágenes o bajo otras mil diferentes puede asomar el disco debut que se hizo esperar años, muchos años, del saxofonista Chivo González. El hombre se tomó su tiempo, es cierto. Más que un disco fue una mochila de melodías que Chivo paseó también por Buenos Aires y Montevideo. Quizá la historia empezó con un viejo grabador donde quedaron congelados bocinazos de una calle de Nueva York o aquellas palabras de los queridos viejos, que después Chivo cargó hasta un estudio porteño donde Adrián Iaies, otro tipo que sabe bastante de pérdidas dolorosas, le coló el piano a un saxo apesadumbrado y así nació "Juanita y Pepe", una balada de jazz maravillosa. La mochila de sonidos, el saxo en la funda, la noche peligrosa en la terminal, y un bondi serpenteando una ruta hacia Montevideo en busca de la llave secreta de la ciudad de la otra orilla a través de un encuentro que suena a urbe, destellos de bossa, aires murgueros, es decir el planeta Hugo Fattoruso asomando en "Huvo & Chigo" y "Fatto in Montevideo". No satisfecho con esto, Chivo siguió buscando otras citas, con sus dedos, esa conjunción de carne, cartílagos, huesos, músculos, piel y uñas bajo el comando de una cabeza inquieta, que lo lleva y lo trae a sus amigos rosarinos, a los sonidos de la infancia de "Chimen Tabas", "Juegos de niños" y otros juegos para armar de este lado y también del otro como ese "Cuatro mujeres y él", toda una melodía sencilla a medida para ser armada y desarmada de mil maneras diferentes. Un disco ambulante, disco-mochila, disco de rutas, que sube y baja de los bondis a la madrugada, entra en hoteles porteños y montevideanos, en aquella casa de los viejos, se hunde detrás de los portales de los amigos de siempre y descansa, al fin, en la casa del reencuentro familiar rosarino, tras haber sorteado tantos años aquellas puertas que no dan a ninguna parte, jazmines de cera, puentes tan largos como la duda, ladrillos gastados, tranvías, olores a desgracia y caballos fantasmas. Por todo esto, "Fuera de catálogo" es algo más que un disco de jazz. Es un disco de jazz que desborda sentimiento.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

guía tv
cartelera
  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados