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 domingo, 21 de diciembre de 2003

Higiene bucal del bebé
Los primeros dientes

Belén Travesaro / La Capital

Si bien en general los padres no se preocupan por la higiene bucal del niño en sus primeros meses de vida porque creen que está exento de riesgos, los cuidados odontológicos precoces retrasan la aparición de caries. La Seccional de Odontopediatría del Círculo Odontológico de Rosario, recomienda que la primera visita del bebé al dentista se realice a los 6 meses con la erupción de los primeros dientes, y luego efectuar controles periódicos cada 3 meses. "La consulta con el profesional permite que la madre aprenda las medidas preventivas, entre otras, limpiar la boca del recién nacido con un suave masaje con gasa húmeda", dijo la doctora Susana Esteve, presidenta de dicha seccional.

Luego, junto con la aparición del primer diente es conveniente que los padres se ocupen de la higiene diaria de la boca del bebé, especialmente durante la noche luego de la última mamada. La limpieza debe realizarse con cepillos suaves o dedales siliconados especiales.

Con el surgimiento de los primeros dientes (los incisivos inferiores aparecen entre los 6 y 10 meses, y los superiores entre los 8 a 12) el niño puede experimentar irritabilidad, inapetencia o aumento de la salivación. Para aliviar esos síntomas, se recomienda a los padres masajear suavemente las encías con un dedo u ofrecerles mordillos plásticos refrigerados. En estos casos, "no deben utilizarse en forma rutinaria las soluciones anestésicas tópicas. Las mismas sólo deben aplicarse excepcionalmente", aconsejó Esteve.

Los consejos no sólo están dirigidos a la salud bucal del niño sino también de la madre, debido al íntimo contacto que mantiene con su hijo a través de los alimentos o el chupete.

Cuando el niño crece, -agregó la profesional- es conveniente que el cepillado, preferiblemente nocturno, sea supervisado y reforzado por los padres hasta que adquiera una destreza manual adecuada.

Para una boca sana no sólo es indispensable un buen cepillado de la cavidad bucal, sino también una dieta equilibrada. Por eso, se aconseja a los padres que no mojen el chupete en alimentos dulces como miel, e insistir en la reduccción del consumo de gaseosas y golosinas que aumentan la incidencia de caries.

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