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 sábado, 13 de diciembre de 2003

La participación de los jóvenes, una clave para la prevención del sida
El área de educación del Promusida apuesta año tras año a intensificar la capacitación de los docentes

Marcela Isaías / La Capital

Desde 1996, el área de educación del Programa Municipal de Sida (Promusida) promueve un espacio de difusión y -sobre todo- de capacitación para educar en la prevención del VIH/Sida. Para eso se ha dado una estrategia basada en la participación activa de los mismos alumnos, que ya no sólo reciben información referente a este flagelo mundial sino que se forman como capacitadores de sus propios pares. El programa también destina espacios de preparación a los docentes, y además acaba de lanzar un CD con información clave e ideas para pensar cómo enfrentar desde la escuela la educación para la salud.

A juzgar por los comentarios de los propios estudiantes, la idea de Educación de Promusida ha sido y es efectiva. Claudio Roldán (17), quien terminó el 3er. año del polimodal en la ex Técnica Nº 7; Matías Vergara (19), de la Escuela Nº 649, y Laura Lobo (20), estudiante de ciencias de la educación (UNR), son algunos de los jóvenes que decidieron -con distintos tiempos de experiencia en la propuesta- sumarse a la invitación de explicar qué es el VIH/Sida y cómo prevenirlos.

El programa municipal los preparó para actuar en las escuelas. Según evalúan estos alumnos, se "logra así llegar con otro lenguaje a los estudiantes, menos parecido al de los especialistas". Para eso trabajan "en talleres, en grupos, dentro de la escuela, buscando en cada caso la manera más conveniente para empezar".

Aseguran que las mayores dudas que les plantean sus compañeros pasan por los mitos comunes sobre el contagio de la enfermedad. Pero también estos espacios de diálogo son más que útiles para abarcar todos los temas relacionados con la problemática, entre ellos la sexualidad de los jóvenes y las adicciones. "Por ejemplo, hay chicos que no saben cómo usar un preservativo. Nosotros explicamos cómo hacerlo", dice Claudio sobre cuáles son las consultas más frecuentes y casi indispensables de responder.

Por lo general los talleres comienzan en la propia escuela, pero apenas sus profesores ven cómo funcionan se encargan de invitarlos a trabajar en otros establecimientos. El diálogo, el conocimiento profundo del tema, el lenguaje sencillo y una capacitación previa son los elementos de los que se valen estos alumnos en todos los casos.


Alumnos capacitadores
Laura Lobo comenzó a trabajar en el Promusida cuando estaba en la secundaria. Ahora es alumna universitaria y continúa vinculada al programa. Afirma que es necesario pensar en una "política más integral que atienda a esta capacitación en las aulas". Lo dice porque no siempre las puertas de las escuelas se abren fácilmente para hablar de VIH/Sida, sexualidad, embarazo adolescente, entre otros temas de alta significación.

"Si se trata de repartir folletos, no encontramos obstáculos. El punto conflictivo aparece cuando lo que se quieren repartir son preservativos", citan como ejemplo Matías y Claudio. Para el grupo, "la escuela aún es muy conservadora respecto de estas cuestiones y los docentes a veces temen ser sancionados si se animan a abordarlas".

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Los estudiantes enseñan cómo cuidarse.

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