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 domingo, 16 de noviembre de 2003

MERCADOS
La Bolsa sube pero no por los balances

Salvador Distéfano

En la semana ingresaron la mayoría de los balances de las empresas cotizantes al 30 de septiembre pasado. Como era lógico y natural en la mayoría de las cosas los resultados no fueron los esperados. Entre junio y septiembre de este año se produjo una suba del dólar que afectó el pasivo de las compañías, y por ende, generó resultados financieros negativos impactando sobre la rentabilidad.

No obstante, pasado el mal trago de conocer los resultados de las empresas al 30 de septiembre, las cotizaciones comenzaron a recomponerse nuevamente, y la tendencia del mercado parecería volver a ser alcista ya que las razones que sustentan la suba del mercado no desaparecieron, siendo la abundante liquidez, la oferta de dólares y la falta de alternativas de inversión las claves de la mejora del merval.

Desde el 25 de mayo en adelante el país vive con un dólar estable cotizando entre 2,80 y 2,95 en una especie de convertibilidad sucia, ya que se emite contra el ingreso de reservas y para financiar los déficit en que incurre el Estado nacional.

En este marco no resulta atractivo invertir a corto plazo en dólares ya que parecería que el resultado es por todos conocidos, la evolución es estable y la brecha entre la compra y la venta, elevada. Por lo tanto, hay más posibilidades de perder que de ganar. Cuando Kirchner llegó a la presidencia el dólar cotizaba a 2,92, el viernes cerro a 2,88 lo que representa una baja del 1,4 por ciento. Que raro no, un presidente que critica tanto la década del 90 y estamos en una especie de convertibilidad.

Las reservas en igual período aumentaron en 1.552 millones de dólares, mientras que la base monetaria amplia creció en 3.859 millones. Esto sería fantástico si no tuviéramos que informar el Banco Central absorbió 3.566 millones de pesos en letras. Esto denota dos cosas importantes, el BCRA sigue emitiendo pesos en forma desproporcionada, y el endeudamiento del Estado crece a pasos agigantados ya que el stock de deuda del Central ya representa el 20% de las reservas totales.

En materia de depósitos el crecimiento de 9.707 millones de pesos se produce por una suba de 5.260 millones de pesos en depósitos a la vista, 5.077 millones de pesos en caja de ahorro y una baja de 630 millones de pesos de depósitos a plazo fijo.

La caída de los depósitos a plazo fijo desde que asumió Kirchner a la fecha está ligada a varias razones. En primer lugar las entidades financieras no han logrado recuperar la confianza perdida y, en segundo lugar, un tema no menor es la baja tasa que ofrecen al público para captar su dinero. Por ejemplo, por depósitos a plazo fijo en pesos se ofrece en promedio una tasa del 4% anual, mientras que para imposiciones en dólares la tasa es del 0,5% anual. Con estos rendimientos y la desconfianza ganada no parece atractivo colocar excedentes financieros en este mercado.

En materia de créditos al sector privado el stock cae en 400 millones de pesos desde que asumió Kirchner, y esto tiene directa relación con la caída de depósitos a plazo fijo. Sin dinero fresco a plazo es imposible que se otorguen nuevas financiaciones. Esto a la larga terminará impactando sobre el crecimiento económico.

Si observamos lo que aconteció en la Bolsa desde el 25 de mayo de 2003 en adelante notamos que tanto en pesos como en dólares el mercado creció un 43%, lo que denota que todas las expectativas están puestas en el mercado accionario, no tanto por la virtud de los papeles cotizantes, sino por la falta de inversiones.

Conclusión: desde que asumió Néstor Kirchner a la fecha la mejor inversión fue la Bolsa, en el marco de un dólar estable, tasas de interés domésticas e internacionales en descenso y bonos que siguen en cesación de pago. Parecería que de no mediar un cambio en este contexto la Bolsa seguirá siendo la ganadora, esperándose a corto plazo que supere la barrera imaginaria de los mil puntos. Como se observa haciendo un parangón con la frase con que Bill Clinton le contesto a George Bush padre y le posibilitó ganar las elecciones presidenciales diciendo "es la economía estúpido", nosotros podríamos decir "no son los balances, es la liquidez estúpido".

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