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 miércoles, 22 de octubre de 2003

Integración del niño hipoacúsico
Desde el '96 un centro municipal detecta la discapacidad auditiva en recién nacidos

Tener un oído normal es fundamental para el desarrollo del habla y del lenguaje. Por ello, cuanto antes se lleve a cabo el diagnóstico y tratamiento de la hipoacusia neonatal o congénita mediante el estudio de otoemisiones acústicas, mejor será su pronóstico en relación al desarrollo intelectual y emocional. La afección no detectada conlleva efectos negativos en la integración escolar y social. El Centro Integral de la Audición (Ceia), que funciona en el Cemar (Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias Rosario) en coordinación con la Dirección Municipal para la Inclusión de Personas con Discapacidad, trabaja desde el •96 para detectar la hipoacusia en recién nacidos. Su coordinador, doctor Daniel Epsztein, otorrinolaringólogo, desempeña su tarea junto a un equipo de fonoaudiólogos, profesores de sordos y psicólogos.

Mediante el rastreo de los problemas de audición en los primeros meses de vida, el Ceia busca reducir la edad promedio de identificación de la pérdida auditiva (actualmente ronda los 4/5 años). Con la mira puesta en ese objetivo atiende a los bebés o niños que presentan algún factor de riesgo tales como malformaciones craneanas, bajo peso, ingesta de antibióticos en la madre y/o en el niño, anoxia y rubeola, entre otros.

Los niños llegan al centro de audición derivados por maternidades, hospitales municipales, centros de atención primaria de la salud y escuelas especiales. Mayoritariamente provienen de la Maternidad Martin. En el Ceia se les efectúa el estudio de otoemisiones acústicas. En caso de detectar algún trastorno, el niño comienza con los ejercicios de estimulación del lenguaje, que también ofrece dicho centro. El diagnóstico se completa con la realización de potenciales evocados auditivos y pruebas de observación de la conducta.

"La atención temprana ayuda en el desarrollo de las potencialidades del niño, quien tendrá más posibilidades de integrarse a una escuela común e insertarse en el ámbito laboral", explicó María de los Angeles Lincho, una de las fonoaudiólogas del servicio.

El estudio de otoemisiones acústicas puede ser realizado a los bebés a partir de las 48 horas de vida. Es un método eficaz, rápido y no invasivo. Al respecto, Epsztein confirmó a La Capital que generalmente este examen no se realiza a los recién nacidos, "cuando en realidad sí se llevan a cabo otros chequeos médicos que descubren alteraciones como la fenilcetonuria, enfermedad metabólica diez veces menos frecuente que la pérdida auditiva", acotó el especialista.

Además de la hipoacusia neonatal o congénita que provoca una pérdida irreversible de la audición, existe la provocada por la perforación del tímpano o el catarro del oído, que puede revertirse.

La prevalencia de los factores de riesgo asociados a la afección, de acuerdo al estudio de 1.715 pacientes de 0 a 14 años atendidos en el Ceia entre julio de 1996 y agosto de 2001, fue la siguiente:

u ingesta de antibióticos en la madre y/o en el niño (17,9%)

u retardos del lenguaje (8,63%)

u sospecha de hipoacusia (7,23%).

u historia familiar de hipoacusia (6,88%)

u otitis media recurrente (6,47%)

u bajo peso al nacer (6,24%)

u anoxia (4,9%)

u malformaciones craneales (4,66%)

u sindromes asociados a hipoacusia (3,67%)

u meningitis (3,44%)

u hiperbilirrubinemia (2,33%)

u ventilación mecánica asistida (2,39%)

u rubeola (1,75%)

u toxoplasmosis (1,05%)

u traumatismo craneano (0,82%)

u citomegalovirus (0,41%)

u sífilis (0,41%)

u herpes (0,29%)

El seguimiento de los niños atendidos en el centro de audición con indicadores asociados a la pérdida auditiva, instan a la concreción de medidas preventivas para disminuir el número de hipoacúsicos. De acuerdo a las conclusiones de años anteriores, algunas estrategias posibles serían realizar un programa de vacunación para la rubeola dirigido a las mujeres en edad gestacional; proponer a los médicos el uso de drogas alternativas a los medicamentos ototóxicos; prevenir las enfermedades de transmisión sexual (entre otras, la sífilis); y controlar a la embarazada para que el bebé nazca con un peso adecuado", propuso Epsztein.

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El estudio pude ser realizado a las 48 horas.

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