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 domingo, 28 de septiembre de 2003

Lejos de la academia y de la crítica

Dentro de la producción de Iommi de los últimos años se destaca una serie de obras donde cuestiona duramente a Carlos Menem. Lo justifica diciendo: "Menem nos pegó a todos", y explica que trabaja sobre ciertos personajes porque le encanta ver lo que dicen los demás y procesarlo para hacer sus esculturas. "Ese es el sentido de esas obras pero no sé si pasarán a la historia", advierte.

En cuanto al arte que se está haciendo en los últimos años en Argentina, asegura que lo ve muy positivo porque "hay una generación que está trabajando en su parecer", e insiste: "Ya no es una cosa académica como en nuestra época. Veo que cada joven, cada artista, tiene su libertad y su expresión, y eso es fantástico". Pero toma distancia a las producciones de los 90 que se las ha estigmatizado como lights o poco comprometidas. "Prefiero —dice— a los artistas que se comprometen, o sea que su trabajo haga comprender al espectador qué es lo que está pasando porque si no no hay ninguna diferencia con el artesano, que hace lo que otro pensó".

También cuestiona a los críticos de arte, ya que considera que hay muchos muy dominantes, que intervienen en la producción.

—Pero muchos opinan que no existe la crítica en Argentina.

—De hecho hemos tenido muy importantes, como Aldo Pellegrini. Claro que si se piensa en críticos como los que escriben en La Nación... sacando uno que respeto...

—Que escribió un libro sobre usted.

—Por lo menos se compromete con pensamientos más profundos. Porque para leer las críticas actuales en La Nación, prefiero comprar la revista Patoruzú, que me hacen reír y eso me hace llorar. Creo que un crítico se debe comprometer tanto como un artista.

—Usted fue nombrado miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes pero tras un período se fue. ¿Por qué?

—Porque comprendí que ahí no hay nada que hacer.

—¿Por qué?

—Porque son académicos y yo no lo soy. Si tengo que decir algo de la Academia es que me equivoqué al aceptar ser miembro siendo que tengo pensamientos no digo revolucionarios pero sí de una agilidad que el académico no tiene. Me di cuenta que le estaba ocupando la silla a alguien que podía querer estar ahí y me fui.

—¿Qué análisis hace de la muestra retrospectiva que está haciendo en el Parque de España?

—Que ya pasó. Creo que en el futuro el artista va a trabajar de otra forma, que hay que pensar en la relación con la ciencia. Es la gran salida que va a tener el artista.

—¿Va a ser como Gyula Kosice?

—No, Kosice no es científico, es aguatero. Digo la ciencia como una bombita que se prende y anda. Hablo de la ciencia en serio, con científicos pero aportando uno la parte plástica. Ya hay principios como los de Moholy Nagy, hay pensamientos científicos en serio que después no se retomaron, pero creo que la gran salida para el artista es desprenderse del Renacimiento. Todavía estamos atrapados en ese pensamiento. Creo que va a tener que venir otro renacimiento para que el arte pueda seguir siendo, porque nos estamos repitiendo. Tuve oportunidad de conocer varios países en el mundo y lo que se hace aquí se hace allá y viceversa, no hay ninguna diferencia.

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