Año CXXXVI Nº 49954
Política
Economía
La Ciudad
Opinión
El Mundo
Información Gral
La Región
Policiales
Educación
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 31/08
Mujer 31/08
Economía 31/08
Señales 31/08
Educación 30/08
Campo 30/08


contacto

servicios

Institucional

 jueves, 04 de septiembre de 2003

Con premios y sorpresas, Aznar remodeló su gabinete

Sara Barderas

Madrid. - Con sorpresas y recompensas. Así realizó José María Aznar la última remodelación de su Ejecutivo. Motivada por la salida de Mariano Rajoy y Josep Piqué, dos veteranos que con diferentes carteras acompañaron al presidente desde su llegada a La Moncloa en 1996, ésta era una crisis anunciada.

Aznar debía –premiar" a los –perjudicados" por el proceso de sucesión que estableció para elegir al nuevo candidato del Partido Popular (PP) a presidente. La designación de Mariano Rajoy, con la consiguiente vacante de los tres cargos de peso de ejercía -vicepresidente primero, ministro de la presidencia y portavoz- le daba campo para hacerlo.

Y uno de los recompensados, sin duda, tenía que ser el ministro de Economía y vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, quien compitió con Rajoy hasta el final. Su eliminación lo había dejado –desilusionado". Muchos, no sólo en el PP, pensaban todavía ayer que Aznar trataría de compensar a Rato otorgándole la vicepresidencia única. Pero el jefe de gobierno decidió –ascenderle" de vicepresidente segundo a primero.

Y es que el proceso de sucesión había dejado otro gran –damnificado": Javier Arenas. Con la elección de Rajoy, Arenas -hasta el momento ministro de Administraciones Públicas- tuvo que dejar la secretaría general del PP para que la asumiera el nuevo líder.

Aznar compensó ese sacrificio: le dio el Ministerio de la Presidencia y la vicepresidencia segunda. Y quizás, además de compensarle, el jefe de Ejecutivo pretendió darle un impulso de cara a una posible victoria de Rajoy en las elecciones de marzo. –Lo único que todos damos por seguro es que sea quien sea el candidato, si gana las elecciones, tendrá un vicepresidente cantado: Javier Arenas", bromeaba un diputado popular poco antes de que Aznar revelase el nombre de su apuesta.

El que también salió reforzado de esta crisis fue el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, a quien Aznar designó portavoz del Ejecutivo.

Las sorpresas a las que acostumbra Aznar en sus remodelaciones -ésta fue la séptima en sus dos períodos- se produjeron con las incorporaciones de dos caras nuevas al gobierno. La hasta ahora delegada del gobierno en Cataluña -Julia García Valdecasas- pasó a Administraciones Públicas, mientras que el secretario de Estado de Comercio y Turismo, Juan Costa, asumió el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en sustitución de Josep Piqué, candidato del PP en Cataluña.

Del que no se sabe muy bien si gana o pierde es del líder del PP en el País Vasco, Jaime Mayor Oreja, del que se especulaba con la posibilidad de un regreso al Ejecutivo, en el que antes de retirarse al País Vasco ejerció como ministro del Interior. Había ido desapareciendo de la terna sucesoria sin que se sepa muy bien cómo. Muchos apuntan a que su dedicación exclusiva al País Vasco le perjudicó en sus aspiraciones a candidato para la presidencia.

En la anterior remodelación del Ejecutivo rechazó la invitación de Aznar para regresar al gobierno alegando que quería dedicarse a las elecciones municipales de este año. –Lo lógico es que siga en el País Vasco y así lo comuniqué" a Aznar, comentó el lunes. Y el presidente le hizo caso. (DPA)

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados