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 jueves, 04 de septiembre de 2003

Cuando la oficina es el escenario de un romance
Jefe y secretaria: una relación que genera múltiples fantasías
El psicoanalista Jorge Besso sostiene que en el vínculo se pone en juego el erotismo, el poder y la dependencia

Laura Vilche / La Capital

Si es fea o entrada en años, no pasa nada, pero si una secretaria es joven y atractiva seguramente será motivo de celos de más de una esposa o novia. Es que si hay una profesión que carga con prejuicios y sospechas es justamente la de la secretaria. Actividad que también, por qué no decirlo, genera fantasías. ¿O acaso usted, que es jefe de estas hermosas y eficientes mujeres, nunca se ratoneó con alguna de ellas? En el Día de la Secretaria La Capital homenajea hoy a las que el diccionario define sólo como quienes se dedican a –escribir cartas por cuenta de otro", pero se especializan en cuidar las espaldas de sus superiores cada vez que guardan un secreto, filtran un llamado o le hacen acordar de un compromiso ineludible. Gajes del oficio.

Margarita tiene 52 años y su marido, Luis, 60. Hace más de 20 años que conviven en pareja, pero antes fueron jefe y secretaria de un estudio jurídico de Rosario.

–Ambos éramos casados. Trabajé dos años con él, sin que pasara nada entre nosotros, hasta que nos dimos cuenta de que empezamos a enamorarnos", reconoce Margarita. –Creo que en todo espacio laboral, donde dos personas afines pasan muchas horas juntas, pueden ocurrir estas cosas. No obstante, es cierto que la relación entre un jefe y una secretaria genera fantasías y rumores", añadió.

Hoy Margarita sigue siendo secretaria, pero no de Luis, sino de otros dos abogados, y se ríe cuando se le pregunta si las esposas de sus jefes la celan. –No, para nada; mi enamoramiento fue lo más lindo que me pasó en la vida, toda una motivación para ir a laburar, pero sólo me ocurrió una vez. Soy una profesional y siempre he trabajado mucho, aun en aquellos años cuando los dos buscábamos cualquier excusa para vernos o quedarnos en el estudio más de la cuenta", recordó.

Juan Carlos tiene 35 años y es gerente de una empresa de telefonía desde hace 3. Cuando ingresó a la firma tenía una novia y proyectos de casamiento hasta que se cruzó en su camino una de sus dos secretarias: Alicia. –Las dos eran muy monas, pero a mí me gustó enseguida mi actual pareja. Al principio comenzó a ser mi confidente laboral, luego sentí que podía compartir con ella mi vida privada y también mi intimidad", contó.

Tanto los protagonistas de una y otra historia sostienen que la película de que las secretarias se sientan en las faldas de sus jefes a escribir notas es sólo eso, una película. Y que es más común en la histeria oficinesca que el jefe busque cualquier pretexto para realizar un trabajo, tomar un café o comer a solas con su secretaria. –No siempre tiene que haber una excusa para reunirse por fuera del horario del trabajo -aclara Juan Carlos-, pero si la secretaria es linda, al menos te recibís una cargada con doble intención o el llamado incesante de tu mujer para saber dónde estás".


Erotismo y poder
El filme recientemente proyectado, –La secretaria" (protagonizada por James Spader y Maggie Gyllenhaal) muestra la historia sadomasoquista entre un abogado y su asistente. Sin llegar a ese tipo de relaciones, el psicoanalista rosarino Jorge Besso sostiene que en la relación entre un jefe y su secretaria no sólo se juega lo erótico, sino el poder.

–La secretaria -explica Besso- despierta la fantasía de quien está a «disposición de» en el marco del trabajo. Y como para la psiquis el límite de lo laboral no existe, las cosas van más allá".

Además, el especialista habla del binomio poder y dependencia. –Una dupla que remite al jefe como quien detenta el poder y a la secretaria como quien depende, pero en realidad, ¿quién depende de quién?", se pregunta antes de concluir que este tipo de relaciones son una prueba de que –el hombre no sólo sueña con la libertad, sino también con la dependencia".

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