Por robar un camión con 700 mil atados de cigarrillos

La alarma delató a tres piratas del asfalto: ahora los procesaron

Habían sustraído el vehículo en Fighiera. La señal satelital marcó su rumbo y cayeron en Ayacucho al 5400

Tres hombres oriundos de Capital Federal y el conurbano bonaerense fueron procesados por un truncado caso de piratería del asfalto cometido en diciembre pasado, en las inmediaciones de Fighiera, contra un camión semirremolque cargado con 700 mil atados de cigarrillos. Los supuestos piratas fueron detenidos cuando aún no habían logrado colocar la carga, al activarse la alarma del sistema de rastreo satelital al que estaba suscripto el camión. Uno de lo sospechosos fue detenido al volante del pesado vehículo y los otros dos cuando escapaban en la cupé BMW que escoltaba el cargamento.

El que viajaba al mando del camión era Néstor Rubén Uranga, un hombre de 55 años domiciliado en Lanús Este que se entregó sin oponer resistencia a los policías del Comando Radioeléctrico. Los otros son Pedro Martino, de 37 años, y un hombre nacido en Moscú y afincado en Capital Federal, Alvénidas Pastarnokas, de 62. El trío fue procesado por el juez de Instrucción rosarino Juan José Pazos en una causa que acaba de iniciar la etapa del juicio plenario. Los acusan de haber cometido un robo calificado consumado y de haber privado de la libertad al camionero.

El atraco ocurrió el 11 de diciembre de 2002 en la autopista Rosario-Buenos Aires, cuando el conductor de un camión Renault semirremolque cargado con 700 mil atados de cigarrillos, según su denuncia, fue interceptado por al menos tres hombres armados. La víctima señaló que uno de ellos vestía ropas de policía y que luego lo encapucharon y condujeron en un auto hasta un punto del la provincia de Buenos Aires donde lo liberaron.

El camión siguió su rumbo por la autopista Pedro Eugenio Aramburu en dirección a Rosario. Pero antes de ser capturado el chofer había logrado activar la alarma satelital. A las 9.55, desde la empresa de seguridad Dorsac alertaron de la sustracción a un puesto policial del peaje de General Lagos y desde allí se transmitió la novedad a la Unidad Regional II.

El camión fue detectado por el Comando en Avenida del Rosario y Ayacucho. Llevaba la carga completa, organizada en cajas de 60 cartones cada una, de la firma Massalin Particulares. Tras él viajaba una cupé BMW (luego se advirtió que era un auto mellizo) con dos ocupantes que al advertir el operativo escaparon, primero en auto y luego a pie, hasta ser apresados en Leiva al 5300. Uno de ellos arrojó en su fuga una pistola calibre 9 milímetros. El despojo fue inútil porque el arma estaba legalmente registrada a nombre de Martino, por lo que su tenencia no comportaba ningún ilícito. Sin embargo, esa maniobra llevó al juez Pazos a pensar que lo hicieron porque tenían algo que esconder.

Para Pazos, que además imputó de falsificación de instrumento público a Martino porque llevaba una credencial falsa como abogado matriculado en Lomas de Zamora, el robo no quedó en un intento sino que llegó a concretarse porque los asaltantes tuvieron suficiente tiempo para disponer como quisieran de la carga. A los detenidos, dos de ellos con un pasado común en la cárcel de Villa Devoto, les secuestraron handys y sofisticados equipos de comunicación que les permitía ampliar el alcance de los celulares y captar la frecuencia policial.

Los ladrones tenían una cupé de apoyo