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 sábado, 09 de agosto de 2003

Cómo sembrar vacunas, plásticos y detergentes

Durante una extensa jornada de trabajo realizada en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, con la organización de esa entidad y el Grupo Bio, funcionarios y empresarios vinculados al sector agropecuario debatieron sobre las posibilidades de desarrollo local en biotecnología.

Esteban Hopp, uno de los más reconocidos investigadores del Inta, repasó los proyectos que lleva adelante esa institución, en buena parte en conjunto con el sector privado, en transgénicos de segunda generación.

"Lo más importante tiene que ver con vacunas orales, es decir producir en plantas un antígeno, que es lo que está codificado por el genoma del patógeno y que induce a normalmente en los animales y el ser humano a la producción de anticuerpos", explicó a La Capital. La utilización de alfalfa para desarrollar una vacuna oral contra la aftosa es uno de los proyectos que están en marcha aunque más avanzado está el de producir en el mismo cultivo una vacuna oral contra la enfermedad de Newcastle, una suerte de aftosa de los pollos.

"El caso de los pollos es más sencillo porque su estructura es menos compleja que la de una vaca y además es más barato, argentina está libre de esa enfermedad pero aún se vacuna y se trata de una alternativa interesante para bajar los costos de producción", señaló.

Adrián Vera, de la Bolsa de Cereales, repasó en ese sentido los trabajos que están haciendo importantes multinacionales , como Dow o Dupont, en la producción de químicos en plantas. Para Vera, esto provocará fuertes cambios en el negocio agropecuario. "El vuelco de la industria química a la producción orgánica comenzará a presionar sobre la tierra, disputándole los productores a las tradicionales empresas agroindustriales y provocando que las nuevas fábricas de ese sector busquen trasladarse a los cinturones agrícolas", agregó.

Doug Hard, de la firma Renessen, explicó que el aumento del consumo de proteína de origen animal aumenta la demanda de proteínas animales para el alimento de los animales, siendo la soja la principal fuente de estas proteínas. "Por años nos concentramos en el mejoramiento de los rendimientos y bajamos la calidad, ahora el objetivo de la biotecnología es mejorar la calidad de los nutrientes, disminuir el nivel de micotoxinas y mejorar la absorción de proteínas y minerales por parte de los animales".

Marcelo Argüelles, del grupo Sidus, definió el nuevo campo de acción de esa empresa que, entre otras cosas, exporta productos de base tecnológica a 38 países: los biogenéricos. Biosidus produce actualmente cinco moléculas de uso farmacéutico a través de la tecnología de ADN recombinante. Entre ellas, la eritropoyetina, proteína que se utiliza para tratar determinados tipos de anemia. Argüelles explicó que la caída de las patentes en 2004, de determinados biofármacos abre la puerta a la comercialización mundial de medicamentos genéricos producidos con esta tecnología. "Es una alternativa muy importante para entrar a Europa", indicó.

Víctor Trucco, presidente de Aapresid, instó a los productores a convertirse en inversores de biotecnología."Una semilla se puede obtener en un laboratorio de Europa pero una tonelada se hace en el campo y esa es nuestra ventaja", concluyó.

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