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 sábado, 26 de julio de 2003

Una persistente modalidad delictiva
Estafadores en la línea telefónica
Una docente denunció que intentaron robarle 5 mil pesos en efectivo con el cuento del secuestro de un familiar

Los estafadores telefónicos siguen en la línea: a pesar de que la policía desenmascaró a un grupo de presos cordobeses que anunciaban por teléfono el falso secuestro de un familiar y reclamaban un rescate en créditos telefónicos, esa modalidad delictiva no se interrumpió. Una docente de 35 años denunció ahora que intentaron arrebatarle 5 mil pesos en efectivo y otros 200 en códigos de tarjetas con el mismo cuento, mientras que seis días atrás otra mujer tuvo menos suerte y cayó en la trampa: terminó obedeciendo al pie de la letra el reclamo de los supuestos captores e invirtió dinero en 15 tarjetas.

La maniobra es simple y ya dejó un tendal de víctimas en Rosario y la zona, aunque no en todos los casos las estafas llegaron a concretarse. Los estafadores discan un número mediante el sistema de cobro revertido y le anuncian a las víctimas que tienen cautivo a un familiar. Ordenan al interlocutor que se abstenga de llamar a la policía y le exigen que corra al telecentro más cercano a comprar una determinada cantidad de tarjetas Personal Light, CTI Móvil o Telecom Global. A su regreso, el damnificado debe transmitir los códigos de los plásticos y destruirlos.

La mañana del jueves la docente Laura Edith Rostan, de 35 años, recibió un llamado por cobro revertido en su departamento de Mendoza 1250. Un desconocido le anunció que se había producido un accidente de tránsito camino a Córdoba, sobre la ruta 9. La voz masculina añadió que habían hallado su número telefónico en la agenda de un herido. A continuación le preguntó si algún familiar suyo podría haberse accidentado y le pidió que lo describiera. La mujer dijo que podía tratarse de un tío que vive en Roldán y entonces la voz cambió de tono: "Su tío no tiene nada. Esto es un secuestro. Hacé las cosas bien, si no vamos a matar a tu tío", amenazó.


En busca de un rescate
El hombre le preguntó cómo iba a salir vestida, pautó el rescate en 5 mil pesos y cinco tarjetas Personal Light de 40 pesos cada una y dijo que llamaría en ocho minutos, según informaron fuentes policiales. La docente le pidió ayuda al portero del edificio, usó su teléfono para comunicarse con su familiar y luego denunció el caso en la comisaría 2ª.

Con la misma treta, el 19 de julio pasado fue embaucada Paola Boccardo, de 30 años. La mujer recibió un llamado por cobrar donde una voz grabada le anunciaba que la comunicación provenía de un instituto penitenciario, reveló un vocero. No obstante aceptó el llamado. Una voz masculina le preguntó si tenía una hermana y ante su respuesta afirmativa le anunció que ésta se había accidentado en el cruce de Provincias Unidas y otra calle que la víctima no memorizó.

Boccardo percibió ruido de fondo, como si muchas personas estuvieran pendientes de la conversación. Los falsos captores le anunciaron que su hermana estaba secuestrada y le exigieron 10 tarjetas telefónicas que la mujer adquirió a dos cuadras de su casa, ubicada en jurisdicción de la seccional 3ª. Luego de leer los números de las claves le dijeron que quemara las tarjetas en el balcón y las arrojara al vacío en un bolsa que ellos pasarían a buscar. La mujer tuvo que repetir la operación con otras cinco tarjetas. Finalmente descubrió que se trataba de una mentira.

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