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 miércoles, 23 de julio de 2003

Más dudas qu certezas
Sindrome respiratorio agudo severo

Hasta hace poco no faltaba ninguna tapa de periódico con titulares que alertaban sobre la nueva neumonía: el sindrome respiratorio agudo severo (Sras), cuyos primeros reportes datan de noviembre del 2002.

El 12 de marzo del 2003, la Organización Mundial de la Salud (OMS) daba su voz de alerta. En ese momento había 55 casos. Un mes después sumaban 3.000 y las muertes alrededor de 100. Actualmente los enfermos son más de 8.000.

La enfermedad se había originado en China y allí se concentraba el mayor número de casos, pero la velocidad de los medios de transporte aéreo, capaces de llevar a miles de personas de un extremo a otro del planeta en menor tiempo que el de incubación de la enfermedad, la expandió a otros continentes. Al mes del alerta de la OMS, 20 países habían reportado enfermos.

Las enfermedades infecciosas son ocasionadas por bacterias, parásitos, virus, hongos o priones. Son diferentes formas de vida dotadas de la inteligencia necesaria para superar las condiciones exteriores más exigentes o extremas. Los agentes infecciosos evolucionan, se adaptan, se defienden y sobreviven. Quienes las estudian tienen asegurado un futuro pleno de asombrosos descubrimientos. Ahora vuelven al ataque con esta nueva forma de neumonía, que constituye un nuevo desafío para los epidemiólogos.

De origen animal

Los síntomas del Sras no difieren de los que presentan otras neumonías. El 17 de abril del 2003 se identificaba al agente causal, un coronavirus o virus Urbani, apellido del médico italiano muerto a causa de la enfermedad, mientras investigaba la epidemia. Los coronavirus son conocidos desde 1965, pero en este caso exhibía características especiales, comportándose como un nuevo virus.

Recientemente la doctora Holmes, microbióloga de la Universidad de Colorado, manifestó que "el virus no procede de ninguna mutación de un tipo similar en humanos, sino que su origen está en los animales".

El infectólogo rosarino Joaquín Bermejo explicó al respecto que "este salto interespecies, de animales a humanos, llevó al coronavirus a exhibir su capacidad de adaptación. Los cambios genéticos le otorgaron nuevas propiedades".

Este fenómeno explica porqué los casos aparecieron en China. Probablemente no haya ningún otro sitio del planeta donde exista una convivencia tan estrecha y densa entre animales domésticos y humanos como en este país. "Una situación que facilita el pasaje del virus de un huésped a otro y que ya había sido advertida en relación al virus de la gripe", reconoció el especialista. El modo de transmisión puede ser algo más complejo que el conocido persona a persona. Por el momento no se han identificado vehículos del virus.

La epidemia parece haber pasado su pico y el número de nuevos enfermos se ha estabilizado, situación que no parece ser atribuible a una disminuida virulencia del virus. "Será necesario algún tiempo antes de que podamos responder los múltiples interrogantes abiertos. Por ahora podemos decir que no hay un tratamiento específico. Las posibilidades de una vacuna son reales, pero su llegada se hará esperar", concluyó el infectólogo.

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