Año CXXXVI
 Nº 49.826
Rosario,
lunes  28 de
abril de 2003
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La cara nueva para perpetuar un poder antiguo

José María Amarilla

Asunción. - En Coronel Oviedo, una pequeña ciudad a 180 kilómetros al este de Asunción, el mundo quedaba muy lejos en la década de 1950. Viajar a la capital paraguaya implicaba casi medio día a los saltos por caminos de tierra.
"Yo lo conocí allá cuando él era un adolescente y apenas pensaba emigrar a Asunción, pero ya decía seriamente que iba a ser presidente", dice María Gloria Penayo, la esposa de Nicanor Duarte, el candidato oficialista ganador.
Abogado, periodista, graduado en filosofía y posgraduado en ciencia política, Duarte Frutos fue el único de siete hermanos de una familia pobre de las afueras de Coronel Oviedo que llegó a la universidad.
"En este día se cumple no sólo el sueño de Nicanor sino de todos los sectores de mi país", dijo Duarte ayer, al declararse ganador menos de dos horas después del cierre de la mayoría de las mesas de votación en el proceso electoral más tranquilo de la historia de Paraguay, un país que ha conocido nueve golpes de Estado logrados y al menos tres intentos fallidos en el siglo XX. Con 46 años, será el presidente más joven del último medio siglo en Paraguay.
Autoritario e implacable en el debate, con una sólida formación intelectual, Duarte será el encargado de agregar cinco años al récord histórico del Partido Colorado, el partido más antiguo en el ejercicio del poder en el mundo. Su llegada al poder se produce en un momento muy difícil para la economía del país, que atraviesa por una crisis fiscal, un retroceso del Producto Bruto Interno a los niveles de 1988 y los peores indicadores económicos en 50 años.

Por un Estado fuerte
"El Estado fuerte depende de la autoridad moral, depende de la conciencia ética de los gobernantes", dijo el mandatario electo durante una reciente entrevista a Reuters. "Conmigo Paraguay va a volver a tener un Estado fuerte porque tengo autoridad moral y conciencia ética", agregó.
Mientras competía en la campaña interna de su partido en 2001, las características de Duarte fueron reconocidas incluso por quienes compitieron con él en las recientes elecciones nacionales. "Es un candidato decente", dijo de él el año pasado el empresario Pedro Fadul, el candidato presidencial del debutante movimiento independiente Patria Querida. "Si yo fuera colorado, votaría por él".
Sin embargo, el grupo de candidatos colorados que debería apoyarlo en el Congreso está integrado mayoritariamente por políticos con antecedentes judiciales y denunciados por corrupción. "El consuelo es que Nicanor es nicanorista, y ese es un detalle que la gente normalmente pasa por alto", dijo el periodista Víctor Benítez, un experto en los entretelones del Partido Colorado.
"Podemos estar más o menos tranquilos desde el punto de vista de que no va a hacer nada que lo perjudique a sí mismo porque él quiere la reelección", agregó.
La Constitución paraguaya de 1992 no admite más que un período de gobierno para el presidente, aunque admite reelecciones indefinidas para los legisladores nacionales y locales.
Duarte se pagó el inicio de sus estudios universitarios cargando y aserrando madera en el interior del país, mientras los fines de semana se dedicaba más por afición que por dinero a relatar partidos de fútbol para radioemisoras locales.
A principios de 1980 decidí emigrar a Asunción, donde los aserraderos no abundan, así que subsistió como periodista, fue editor de noticias políticas y de ese modo pudo relacionarse con una generación joven del Partido Colorado.
Desde 1993 fue viceministro de Educación, luego ministro, fallido candidato a vicepresidente en 1998, al perder en las elecciones primarias, y presidente del Partido Colorado desde el 2001 hasta su postulación al cargo en el 2003.
La Constitución puede ser legalmente reformada en diversos aspectos desde el año pasado. Fuentes del Partido Colorado aseguran que Duarte impulsará una reforma que recorte el mandato presidencial a un período de cuatro años, pero permita la reelección, lo cual le facilitaría nueve años de poder. (Reuters)


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