Año CXXXVI
 Nº 49.810
Rosario,
sábado  12 de
abril de 2003
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Tres religiones se unieron para marchar por la paz en Santa Fe

Carlos Roberto Moran / La Capital

Santa Fe. - Representantes de las tres religiones monoteístas del mundo -cristianos, judíos y musulmanes- se dieron cita en la explanada del rectorado de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) en la tarde del pasado jueves para expresar su repudio a la guerra de Irak y su reclamo de paz en el mundo.
Los santafesinos nos unimos de ese modo a las diversas marchas que en parecido sentido se cumplieron en distintos puntos del planeta, sacudido por las brutales imágenes que la televisión ha venido transmitiendo sin pausa ninguna desde que se desatara el conflicto en marzo pasado.
La marcha silenciosa, con la adhesión de diversas entidades sociales aunque sin banderías políticas, desembocó cuando atardecía en la Plaza de Mayo, donde se dirigieron a los cientos de asistentes el arzobispo de Santa Fe, monseñor Juan Carlos Arancedo; Roberto Mustafá Alé, por la Asociación Islámica, el rabino David Dolinsky, por las instituciones judías: y el pastor José Faienza, de las iglesias evangélicas.
Los representantes de la Comisión Interreligiosa santafesina se ubicaron en un palco en el que se exhibía un estandarte con la leyenda "Por el único Dios, todos somos hermanos". Cada uno de los oradores expresó su deseo de que se construya la paz en el mundo a través del diálogo, al tiempo que se coincidió en rechazar la guerra que azota a Irak.
"Esta convocatoria la hacemos a partir de la fe en Dios, que es el padre de todos, por eso la conciencia fraterna, y pedir que no hay que ganar la guerra sino que hay que ganar la paz, y la paz tiene exigencia de verdad, de justicia, de diálogo y de dignidad humana. Debemos sentirnos vinculados a esos valores para ser cada uno de nosotros instrumentos de la paz y reclamar ante aquellos que tienen poder en el mundo que se sienten a un diálogo fecundo, con justicia y respeto en el marco de los organismos internacionales que posibiliten una convivencia fraterna", expresó Arancedo, uno de los principales organizadores de la marcha cuyas características se discutieron en la sede del Arzobispado.
Dijo el prelado que hablar de la paz es un exigencia del momento y que se debe partir de los valores ecuménicos para que todo lo demás "se acomode". Arancedo amplió su concepto señalando: "Si parto de la idea de que todo hombre es mi hermano, que me vincula moralmente, es evidente que no puedo alentar la guerra contra mi hermano". Agregó que lo que pasa es que "muchas veces se ha perdido la conciencia vinculante con los valores, se los proclama pero no nos sentimos exigidos en nuestra vida concreta".
Los organizadores indicaron que la movilización se realizó respetando la diversidad y trabajando a partir de los valores en común que tienen las tres religiones monoteístas. El locutor Gustavo Piedrabuena leyó un documento que fuera emitido por las iglesias cristianas de Irak al comienzo de la guerra, en el que solicitaban la adhesión de la humanidad a sus exigencias de paz. El documento hablaba también sobre los enormes sufrimientos que vienen padeciendo los habitantes de la nación asiática, a causa de las guerras y el bloqueo que se le impuso luego de la Guerra del Golfo. El acto concluyó con la oración del Padre Nuestro y la entonación del Himno Nacional.



Los santafesinos pidieron por la paz. Hubo mucha gente.
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