Año CXXXVI
 Nº 49.802
Rosario,
viernes  04 de
abril de 2003
Min 12º
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cartas
Responsabilidad electoral

Mientras el mundo suma días a la guerra contra Irak, Argentina resta el tiempo que le queda para elegir a su presidente y vice. Las encuestas van ajustando las preferencias electorales a medida que se acerca el 27 de abril y todo pareciera definir la suerte de uno u otro candidato en un ballottage. Sin embargo, sea por apatía política, por falta de identificación partidaria, por reprobación o descreimiento de propuestas, y hasta por ignorancia, existe un electorado afín al voto en blanco o voto bronca que "no sabe/no contesta". ¡Nada puede estar más errado! Refutar este planteo es muy simple desde el momento que pensamos que al vivir en democracia contamos con el derecho a elegir libremente a nuestros representantes. Pero el vivir en democracia es mucho más que eso y hoy la realidad argentina exige más que nunca tomar cartas en el asunto. Esto implica un llamado a la responsabilidad cívica del electorado. La memoria, la formación educativa, el sentido común y el juicio crítico forman parte de una fórmula impostergable a la hora de elegir a los candidatos. "La ignorancia es el germen de la esclavitud", insiste mi abuelo. Es decir, no podemos ignorar los hechos que hicieron de la Argentina el país que tenemos hoy. Revisar y analizar la historia es siempre una tarea pendiente y acceder consciente y responsablemente a la continua información no deja de ser otra de las obligaciones necesarias para construir la realidad económica, política y social. Un voto que "no sabe/no contesta" echa a suerte el futuro del país y con ello la capacidad de desarrollar y madurar las actitudes y comportamientos democráticos. Como en la vida misma, la realidad a veces nos obliga a tomar decisiones drásticas dentro de las variantes con que se cuenta. ¿Qué puede decir un voto negativo frente al corralito financiero, a la desnutrición infantil, al desempleo, a la pobreza y exclusión social o a un Senado que retiene a Barrionuevo? La toma de decisiones y debates políticos no son exclusivas de la clase política; la democracia nos ofrece las herramientas necesarias para cambiar el curso de la realidad. ¿Se acuerda del cacerolazo que empujó a De la Rúa a renunciar? Es posible, pero se empieza por algo y hoy por hoy nuestra próxima oportunidad es a través del voto consciente y responsable.
Mariela Gisela Correa


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