Año CXXXVI
 Nº 49.775
Rosario,
sábado  08 de
marzo de 2003
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La "tecnología blanda", de la mano de las instituciones

Más allá de la oferta tecnológica de fierros e insumos para el agro, en esta edición de Expochacra adquirieron especial relevancia las propuestas de gestión que llevaron los organismos tecnológicos, de investigación e innovación del sector oficial y privado.
El Inta llevó a Expochacra los programas que tienen que ver con las líneas estratégicas que definió para los próximos años: biotecnología, agroindustria y seguridad agroalimentaria y gestión medioambiental. Estuvieron los representantes de Prohuerta, minifundios y Cambio Rural, entre otros.
Pero para Carlos Vuegen, titular del Inta, una de las presentaciones más novedosas que llevó el organismo a la muestra, fue el programa de cría intensiva sobre campos netamente dedicados a la agricultura. "Es parte de neustra línea de trabajo que apunta a la sostenibilidad del sistema, y busca rescatar la rotación con ganadería como parte de la conservación del recurso tierra", señaló el funcionario, quien subrayó que el programa del organismo "está mostrando que es posible competir con niveles de rentabilidad cercanos al de la soja".
Para Vuegen, si bien "la investigación básica y aplicada no se detendrá pero es probable que la primera década del siglo XXI esté marcada por un mayor equilibrio entre la tecnología de insumos y la tecnología de gestión".
En el stand de Aapresid, la movida está también por el lado de la gestión. Santiago Lorenzatti, secretario técnico de la entidad, señaló que "a partir de la gran innovación que la siembra directa, la red de productores que se integra en Aapresid fue difundiendo un sinnúmero de avances productivos". Pero en ese proceso, la propia entidad fue convirtiéndose en innovación organizacional.
Por eso ponen énfasis en el trabajo en red, las asociaciones por cadena, la búsqueda de valores comunes que regulen las relaciones en el sector y la incursión de los productores "más allá de los rastrojos", como en el caso de la inversión en biotecnología.
"La idea es trasladar al plano institucional y de la organización el planteo de innovación permanente que permitió la revolución productiva de los últimos años", indicó Lorenzati, y citó casos como la creación de Bioceres, la incubadora biotecnológica conformada y financiada por productores, y Asagir, la asociación por cadena de girasol. Comentó además que se está avanzando en una asociación por cultivo para la soja, que podría alumbrar este año.
La vocación por la investigación y el desarrollo de alternativas productivas se reflejó también en el stand de la facultad de Ciencias Agrarias de la UNR, que junto con Intea SA (la incubadora de empresas del Inta) presentó la variedad de soja Agata, el primer cultivar nacional de soja Edamamé, patentado por esa casa de estudios. Se trata de la soja cosechada verde específicamente producida para consumo humano.


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