Año CXXXVI
 Nº 49.759
Rosario,
jueves  20 de
febrero de 2003
Min 12º
Máx 27º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Condenaron a un violador a 37 años y medio de prisión

Un mecánico aeronáutico de nacionalidad venezolana que, en poco menos de un año, cometió diez violaciones contra jóvenes mujeres, entre ellas dos menores, de los barrios porteños de Belgrano, Palermo y Barrio Norte, fue condenado a 37 años y medio de prisión.
La grave sentencia recayó en Johan Alfredo Pino Torres, nacido en Caracas hace 31 años, al que se le imputa esa decena de ataques sexuales, robos y privaciones ilegales de la libertad de sus víctimas entre el 27 de marzo de 2001 y el 15 de febrero de 2002 cuando fue apresado.
La detención de Pinto Torres se produjo cuando una de sus víctimas, que venía paseando con su cónyuge a quien le había relatado el aberrante episodio que le tocó vivir, lo reconoció por la calle y su marido alertó a la policía.
De los testimonios de las mujeres atacadas -cuyas identidades no se revelarán por la índole de los delitos- se desprende que utilizaba siempre la misma metodología obligándolas a mantener sexo oral o directamente las penetraba anal o vaginalmente. El modus operandi consistía en elegir a su víctima y tomarla del brazo amenazándolas para que fingieran ser su pareja, tras lo cual las abrazaba y buscaba un lugar alejado de miradas indiscretas para someterlas sexualmente.
Entre los escenarios escogidos por el sátiro para violar a sus víctimas se encuentran los jardines de la Biblioteca Nacional, de la Universidad de Belgrano y el interior del shopping Patio Bullrich, donde cometió violaciones detrás de unos cortinados del cuarto piso.
Después de los ataques sexuales exigía a las mujeres que le entregaran sus objetos de valor o las obligaba, siempre fingiendo que eran una pareja, a concurrir a cajeros automáticos para quedarse con el dinero extraído. En algunos casos las hizo entrar a comercios de electrodomésticos donde las obligada a hacer compras de televisores o equipos musicales que cargaba en un taxi y llevaba a su domicilio luego de abandonar en el camino a la que había sido su víctima. (Télam)


Diario La Capital todos los derechos reservados