Año CXXXVI
 Nº 49.679
Rosario,
domingo  01 de
diciembre de 2002
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Perspectivas. Beneficiados por la devaluación, algunos sectores dieron un piso
Las diferencias entre el veranito y la reactivación
Para Lavagna la recesión terminó y para demostrarlo esgrime indicadores y la teoría económica

Jorge Kaplan / La Capital

¿Veranito o reactivación? Para el ministro de Economía, Roberto Lavagna, no hay dudas: tres trimestres consecutivos de crecimiento del PBI serán a fin de año prueba suficiente de que hay reactivación. Sin embargo, desde distintos sectores se cuestiona esa certeza y se considera que la economía del país se ha estabilizado en el fondo del pozo. El panorama para los distintos sectores productivos es dispar y mientras algunos están sacando buenos dividendos de su mejora en la competitividad por la devaluación, otros siguen muy mal y con pocas posibilidades de levantar cabeza.
Los números que esgrime Lavagna son el crecimiento del PBI del segundo trimestre respecto del primero del 0,9%, y que durante el tercero se creció un 0,5%, cifra -esta última- que es una estimación ya que el dato definitivo se conocerá recién en diciembre. Además, el ministro confía en que el último trimestre también será positivo respecto del anterior, por lo cual "esto es reactivación", afirma.
"Con ninguna teoría esto es reactivación", contestó el economista Tulio Ceconi. "Lo que plantea Lavagna es un tecnicismo, aferrado a los libros", señaló el especialista Eduardo Remolins. "Lo que se ve (de crecimiento) es muy sectorizado", afirmó el industrial metalúrgico Sergio Vacca.
Algunos documentos que maneja Lavagna contienen una serie de indicadores económicos que avalan su tesis. Remarca el crecimiento del PBI (desestacionalizado) del segundo trimestre y vaticina la suba en el tercero, acumulando un 1,5%; la mayor actividad de algunos sectores como la industria textil y la metalmecánica; y el movimiento positivo del PBI industrial durante segundo y tercer trimestre, entre otros. El ministro también destaca la relativa estabilidad de la inflación, el dólar y la calma en el sector financiero.
Pero uno de los aspectos a observar es que Lavagna se maneja comparando las cifras de un período contra el inmediato anterior, es decir que omite hacer el cotejo interanual. Los economistas consideran -igual a como suelen referirse los abogados- que hay media biblioteca a favor y media en contra.
Pero Lavagna también se encontró con una desagradable sorpresa: el Indec reportó el 19 de noviembre pasado que el Estimador Mensual de Actividad Económica sufrió durante el mes de septiembre una caída del 0,5% respecto al mes anterior.
En cambio, el Estimador Mensual Industrial (EMI) de octubre, que también elabora el Indec, registró una variación positiva del 0,5% respecto al mes anterior, aunque una caída del 4% contra el año pasado.
Otras variables que se pueden considerar marcan que durante septiembre hubo una mejora del 0,2% en el sector de la construcción, del 0,7% en servicios y un recorte del 1,5% para las ventas de supermercados, todos medidos contra agosto y según los "indicadores sintéticos" que elabora el gobierno.

La medida del agujero
Las cifras de mejoría son modestas, ya que el panorama que resulta de comparar cualquier indicador de la actividad contra el año pasado -que lejos estuvo de ser de bonanza- resulta aterrador.
Y este parece ser el punto más débil de la lógica del ministro. "La profundidad y duración de esta crisis son inéditas, por eso la magnitud de la recuperación tendría que ser proporcional al agujero, para ser tenida en cuenta", señaló el economista de la Mediterránea Tulio Ceconi.
En una línea parecida, el investigador de la Universidad Austral Eduardo Remolins indicó que "lo que plantea Lavagna es un tecnicismo, arrastrado por dos o tres sectores Lavagna se aferra a los libros, pero la realidad es que no sólo que está rebotando contra el piso sino que además está forzando una definición".
Por su parte, la Fundación Capital elaboró un informe en el cual considera que el PBI sufrirá durante 2002 una variación negativa y de dos dígitos, aunque menor a la esperada a comienzos de año. Las principales causas de esta retracción son la fuerte caída que tendrá la inversión (-38,8%) y el consumo privado (-13,8%), haciendo la estimación para todo el año. El informe destaca que el consumo representa casi un 70% del producto, y el achique se debe al menor poder adquisitivo de la gente por el aumento de precios que sufrieron los bienes.
La entidad que pilotea Martín Redrado indicó que para que la economía abandone la actual "evolución plana sin rebote", es necesario que el gobierno resuelva algunas cuestiones de fondo.
Al respecto, Ceconi señaló que aunque haya una reactivación, "es muy difícil que se mantenga sin solucionar los problemas de fondo: más producción no se puede sostener sin bancos ni sin solucionar el problema de la deuda, y la velocidad de una recuperación depende de eso".
Las asignaturas pendientes también preocupan a Remolins, quien calificó a la situación actual como "sumamente inestable y frágil", y remarcó: "Aún faltan instituciones fundamentales como el sector financiero y el mercado cambiario, y el acuerdo con el Fondo".

Las áreas productivas
Sin embargo, hay sectores que muestran una clara recuperación a partir de la devaluación, tanto por ser exportadores como por sustituir importaciones.
En el caso de las ventas al exterior, se observa un crecimiento que se da fundamentalmente en las grandes compañías con experiencia en la gestión y que cuentan con estructuras trasnacionales, como agroexportadores y petroleras. También manufacturas de origen agropecuario y algunos commodities industriales. En cambio, las pymes deben remar contra la falta de crédito.
En el lote de los que crecieron también está la maquinaria agrícola y algunos segmentos del automotriz, sucedáneo de que el campo cobre en dólares, y también porque muchos productores prefieren comprar bienes antes que poner la plata en un banco.
Por otra parte, se aludió a que en algunos rubros hubo una mayor actividad por un proceso de liquidación de stocks. En ese sentido, el economista Ceconi indicó que "a la hora de reponer, los precios subieron, como se dio en ropa o electrodomésticos".
En cuanto a la sustitución de importaciones, se advierte que sin financiamiento, los productos perderán calidad y consiguientemente competitividad, por eso "en lo inmediato este veranito puede servir, pero a mediano plazo no va", advirtió Ceconi.
Los analistas observan una mejora en el sector de los bienes transables, pero no hay inversiones con lo cual sólo se benefician las grandes empresas con estructuras propias. Algunas pymes que pueden exhibir una prodigiosa elasticidad y ponerse a exportar en tres meses lo han logrado, pero el resto no ha conseguido arrancar por la falta de financiamiento.

La industria
El titular de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario, Sergio Vacca, indicó que hay una reactivación "real" en la agroindustria, mientras que otros se están reacomodando como los vinculados al sector petrolero y petroquímico. "Los chacareros cobran en dólares y se vuelcan a comprar maquinaria, mientras que los ligados al petróleo de a poco están retornando a la compra de insumos, lo cual se ve en las fábricas de caños, bridas, etcétera".
Además indicó que están bien "los que ya venían exportando a nichos de mercado y que tienen condiciones muy favorables, quienes podían exportar 1 a 1, con 3,50 a 1 es mucho más fácil porque aunque aumentaron algunos insumos el costo de la mano de obra es muy barato".
Pero Vacca aclaró que las mejorías que se observan son "muy sectorizadas". Explicó que "si se mira a otro sector como la industria ligada a los servicios (que fue un boom hasta el 98) la cosa es distinta". En ese sentido puso como ejemplo a la electroindustria: "Las empresas de telecomunicaciones no pueden comprar un clavo (tienen tarifas congeladas e insumos en dólares), hay muchas proveedoras están muy mal". Consideró que "una salida sería que les aumenten las tarifas, pero eso generaría inflación, por lo cual todo es muy lento".
Para el dirigente industrial "ni los que dicen que hay reactivación, ni los que dicen que está todo mal tienen razón", y en cuanto a la afirmación de Lavagna opinó que "la necesidad (del gobierno) de mostrar algún éxito político hace que muestren lo bueno, que es cierto, pero es sólo para unos, no para todos".
Vaticinó que "si no cambian demasiado las condiciones (que no haya un terremoto como diciembre) hay sectores para los cuales la reactivación es sostenible y a otros no se los ve muy rápidamente". Es que tampoco es fácil cambiar de sector, de producto, para quien fabrica transformadores no es fácil ponerse a fabricar garrafas, y además sin plata.
Veranito o reactivación, la percepción general es que la economía encontró un piso y algunos rubros gozan de los beneficios de la devaluación, pero la revitalización de la actividad del país todavía parece atada a la resolución de varias asignaturas pendientes.
Para la Fundación Capital, después de cuatro meses de estabilidad cambiaria e inflacionaria, "se podría decir que la Argentina ha llegado al fin de una etapa de caída libre y ha alcanzado un piso". Y agrega: "Por supuesto que la naturaleza ayuda: nueve meses de violenta disminución del producto y aumento sostenido del tipo de cambio, hace que sea prácticamente imposible seguir empeorando".
"En los últimos tres meses hay una estabilidad cambiaria y una menor presión en algunas áreas críticas, el resto es voluntarismo argentino", dijo Ceconi. "Algunos sectores están traccionando, la caída del consumo se detuvo y el resto está planchado", resumió Remolins, quien enfatizó que "estamos en un equilibrio inestable porque no hay una base, eso es lo que amerita que se lo llame veranito".



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