Los policías habían montado un operativo de seguimiento para aprehender a Bertulazzi en el momento más apropiado, mientras -además- concluían las verificaciones de identidad y los cargos que le imputa el gobierno italiano. Se explicó que la detención, sin que se produjera resistencia, se efectuó luego de un trabajo de inteligencia desarrollado durante días, con la intervención de la Delegación Unidad de Investigaciones Antiterroristas, Interpol de la Policía Federal y el Grupo Especial de Operaciones Federales (Geof). Los grupos policiales que intervinieron montaron una fuerte operación de seguridad en los alrededores de la playa de estacionamiento de automóviles donde el italiano fue notificado de su arresto. Policías armados con sus rostros cubiertos, móviles especialmente preparados y elementos cortantes en las calles para evitar cualquier huida, fueron el escenario observado en el modesto barrio de Monserrat, en el sur de la ciudad de Buenos Aires. Ante decenas de curiosos, el detenido vestía camiseta roja, chaqueta negra, anteojos y lucía una barba abundante.
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