José M. Petunchi / La Capital
En Central se viven horas decisivas. De definiciones. Todo indica que la resolución sobre la situación de César Menotti al frente del equipo es inminente. La sensación dominante es que los dirigentes que hasta hace unas pocas horas lo habían sostenido ahora también decidieron bajar el martillo. Que se llegó al final del ciclo. Con la idea de buscar una salida a la crisis viajará hoy a Buenos Aires un grupo de directivos -serían Campagna, Ferguson, Sauan y Mascó- para reunirse en horas de la tarde con el técnico. En el cónclave, los directivos le trasmitirán su preocupación por la situación, que para algunos llegó a un punto límite, por lo cual le pedirían que dé un paso al costado por el bien de Central. En caso de que la situación se resuelva de la forma que se presupone no hay misterios para definir al sucesor del Flaco: Miguel Angel Russo.
Esta fue en parte la conclusión a la que arribaron los dirigentes que anoche se reunieron en un bar adyacente al Parque España para tratar la situación del entrenador. En la misma, que se extendió por algo más de una hora -terminó casi a las 22-, las opiniones fueron bastante coincidentes y la conclusión a la que habrían arribado es que es una situación límite. Que no hay margen para más.
Después del empate ante Talleres en el Gigante era un secreto a voces que el cuerpo técnico tenía crédito por otros dos partidos, pero en ambos el resultado fue derrota. Entonces, todo se empezó a precipitar. Si algo le faltaba a la dirigencia canalla, además de los nueve partidos sin conocer la victoria, fue el desplante que hizo el Flaco, quien en lugar de quedarse para afrontar el complicado presente auriazul, como le solicitaron los directivos, decidió alejarse de la turbulencia que gira en torno a su querido Central y refugiarse en la lejanía de Buenos Aires.
El ciclo de Menotti estaba agonizando. Los ocho partidos sin ganar le habían puesto la soga al cuello. La mecha ya estaba encendida, aunque los problemas todavía no habían explotado en toda su dimensión. Y Estudiantes, justo el equipo más identificado con Bilardo, le asestó un durísimo golpe, que es mucho más hiriente por la forma en que se produjo. Aunque en realidad, inconscientemente quien más hizo para llegar a este desenlace fue el propio Central, un equipo sin ton ni son, que no encuentra respuestas a tantos interrogantes.
"Nosotros somos los únicos responsables", dijo Daniel Quinteros al final del partido, luego de dialogar en su rol de capitán con los dirigentes para manifestarles la situación del plantel. La postura del Negro ya no fue tan terminante como la sostenida entre semana, cuando disparó "nos queremos salvar del descenso con Menotti, no con otro técnico". Y consultado sobre si lo veía al DT en el banco ante Chicago dijo: "Esa es una decisión de la dirigencia". Toda una síntesis.
Atrás quedaron las quejas sobre la actuación del árbitro Brazenas y la insinuación del Flaco, que por lo bajo dejó entrever que lo tenían apuntado desde la AFA, y su silencio cuando se hacía más necesario escuchar las razones que confluyeron en esta crisis terminal que padece Central y que hoy desembocaría en su alejamiento de la conducción del equipo.
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La Ciudad
