Ahora Manuel Pellegrini dijo que no todo está perdido, contradiciendo sus declaraciones de la semana pasada, cuando dijo que ya no había chances de darle alcance a Independiente. Si bien matemáticamente las posibilidades de ser campeón están intactas, el chileno debe presentir que despojar a Independiente del título es una quimera. Porque restan 12 puntos en juego y los diablos rojos le llevan 6. Entonces, y más allá de que River cumpla su parte y gane en las cuatro últimas fechas, debe esperar que Independiente se caiga de manera estrepitosa. En el juego de las presunciones, los de la banda roja deberían derrotar a Lanús (16ª fecha), que necesita sumar para alejarse de la promoción, y a Olimpo (18ª), que por el momento está descendiendo, en ambos casos en condición de local. Mientras que se le complicará un poco más en su visita a Gimnasia (17ª) y a Racing (19ª), aunque los dos rivales naufragan en la medianía. Pero lo más preocupante de los millonarios es que perdieron el juego que exhibieron en la primera parte del campeonato. Y da la sensación, luego de la deslucida victoria contra los suplentes de San Lorenzo, que ya resignó toda pretensión.
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