River Plate tenía que ganar por dos razones: para comenzar a olvidar las dolorosas caídas con Banfield y Boca Juniors y para seguir conservando alguna chance en la lucha por el campeonato. Y River le ganó ayer 1-0 a San Lorenzo, pero su actuación fue tan pobre y desteñida que, lejos de establecer diferencias futbolísticas con el equipo alternativo que presentó su rival, terminó metido en su área y pidiendo la hora.
River encontró la mínima ventaja por intermedio de Esteban Fuertes, en la única jugada bien elaborada que armó durante todo el partido, sobre el final de la etapa inicial.
El primer tiempo fue demasiado ordinario. Muchas imprecisiones y contadas llegadas de riesgo matizaron un desarrollo desabrido como la tarde, ventosa y a ratos lluviosa.
River fue un conjunto apagado y sin ideas, que en ningún momento logró dominar a la formación de emergencia que puso Ruben Insua. Para colmo, a los 4 minutos dilapidó un penal. Leandro Alvarez lo tomó claramente desde atrás al paraguayo Nelson Cuevas y Angel Sánchez sancionó la falta sin dudar. El tiro de Andrés D'Alessandro resultó anunciado y débil y Sebastián Saja se lo mandó al córner estirándose hacia su derecha.
Ni D'Alessandro ni Damián Alvarez le dieron claridad al mediocampo de River, allí donde Guillermo Pereyra y Leonardo Astrada también se equivocaban seguido en la distribución. Y San Lorenzo, con no mucho más que ganas y fervor, se las rebuscó para ensuciarle el juego.
River reaccionó en los últimos 5 minutos. Y a los 42' D'Alessandro acertó por primera vez con una muy buena descarga (túnel a Benito mediante) para Cuevas, quien mandó el centro para que Fuertes pusiera el 1-0.
En el arranque del segundo capítulo dio la sensación de que River encontraría un poco de aire desde los pies de D'Alessandro. Pero fue un espejismo, porque el enganche reiteró los errores del primer tiempo.
San Lorenzo fue ganando confianza de a poquito y, paralelamente, con el progresivo retroceso de River comenzó a merodear cada vez con mayor insistencia el área de Comizzo.
A los 22' Ayala dio un mal pase hacia atrás, Nicolás Frutos eludió a Comizzo y su remate desde ángulo cerrado dio en la parte externa de la red.
Y sobre el final, Garcé salvó en la línea un tiro de Rodrigo Astudillo después de una salida en falso de Comizzo.
Jugando así, la ilusión de arruinarle el campeonato a Independiente es una utopía, pero River sigue ahí. (DyN)
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La Ciudad
