La lucha de poder en la Fórmula Uno que mantienen desde hace tiempo los fabricantes de automóviles y el jefe del circo, Bernie Ecclestone, vivió ayer un giro al anunciar los constructores sus intenciones de negociar.
El holding denominado GPWC (Grand Prix World Championship), que engloba a BMW, Daimler Chrysler (McLaren-Mercedes), Ford (Jaguar), FIAT (Ferrari) y Renault, emitió un comunicado en el que por primera vez en mucho tiempo tiende la mano a Bernie Ecclestone.
Desde el comienzo de la guerra dentro de la Fórmula Uno y hasta ayer, los constructores siempre adoptaron una actitud beligerante e incluso amenazaron con fundar su propia competición paralela a la Fórmula 1. 2008 era la fecha elegida para el estreno, puesto que hasta 2007 rigen los denominados "acuerdos del Concorde" para la estabilidad de la Fórmula Uno. Según el comunicado, GPWC pretende presentar en las próximas semanas una propuesta de reforma del actual campeonato.
Sin embargo, el comunicado de GPWC advierte que los planes para crear su propia serie siguen adelante, aunque enumera una serie de peticiones hacia Ecclestone, entre las que destacan más dinero para los equipos de los derechos de comercialización, una plataforma estable para el deporte así como la transmisión en abierto del campeonato.
Aún se desconocen las razones exactas para el cambio de rumbo de los constructores, aunque se produce sólo dos días después de que surgiese la posibilidad de que los constructores accediesen al accionariado de SLEC, la sociedad que controla los designios económicos de la máxima competición del motor.
Según reveló la prensa alemana, los bancos que poseen el 75 por ciento de SLEC están dispuestos a vender su porcentaje a las escuderías. Las entidades financieras se quedaron con las acciones cuando se declaró en quiebra su anterior poseedor, el Grupo mediático alemán Kirch. El otro 25 por ciento de la empresa continúa en posesión de Ecclestone.
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La Ciudad
