Año CXXXV
 Nº 49.641
Rosario,
jueves  24 de
octubre de 2002
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Padres de discapacitados dicen que Rosario es la capital de la discriminación
Se quejan por la falta de rampas y el transporte

"Rosario, capital nacional de la discriminación". Así reza el cartel que colgó un grupo de familiares y amigos de discapacitados (Amufadi) en Rioja 1728. De esta forma dicen que repudian la no aplicación por parte del municipio de la ordenanza 3745/84 que refiere a cuestiones urbanas que afectan a personas con capacidades diferentes. "En Rosario faltan rampas, sanitarios accesibles en los baños públicos, transporte urbano adaptado y bajadas de cordón; las veredas están en mal estado, hay ausencia de espacios de recreación y plan de concientización que tienda al mutuo respeto de todos los ciudadanos", se explayó Mario Buss, uno de los padres del grupo. Desde la Municipalidad, la responsable de la Dirección para la Inclusión de Personas con Discapacidad, Silvia Tróccoli, replicó que "es una injusticia lo que dicen, es una lectura parcial. Es cierto que las veredas y el transporte no son óptimos en la ciudad, pero nunca Rosario tuvo tanta oferta en materia de discapacidad como ahora"
Previo a colgar el cartel, representantes de los 206 integrantes de Amufadi se habían entrevistado con el intendente Hermes Binner. "Nos atendió en septiembre, pero transcurridos 30 días no hubo respuesta a nuestro paquete de pedidos. Hacemos responsable al intendente de negligencia. Mi hijo tiene siete años y se mueve en sillas de ruedas, qué me diga Binner por qué debo llevarlo por la calle por culpa del deplorable estado de las veredas", cuestionó Buss.
Poniendo como ejemplo su caso particular, porque según dice "es el que tiene más a mano", Buss comentó también lo problemático que es para un chico discapacitado pasear por el centro o ciertos espacios públicos. "Si mientras come una hamburguesa en el centro, al chico se le ocurre ir al baño, deberá subir una escalera. Si está en un parque, no encontrará un sanitario para él. Si quiere entrar a un pelotero, lo tendrán que alzar porque más de uno no tiene la puerta adaptada a la dimensión de una silla de ruedas. Y si se quiere tomar un taxi no tendrá donde poner la silla porque los tubos de gas copan el baúl. Por eso decimos que esta ciudad discrimina", insistió.
Al tanto del reclamo de Amufadi, Tróccoli reconoció ayer que las veredas, el transporte público y las rampas son aún asignaturas pendientes del municipio. Pero rescató el trabajo sanitario, recreativo y educativo que desde hace diez años lleva adelante con los discapacitados.

Colonia, becas y rehabilitación
Tróccoli enumeró la oferta de la Dirección que encabeza. "En parque Oeste, parque del Mercado, la pileta del Saladillo y el Estadio Municipal funcionan colonias de verano para ellos. Gracias a un subsidio de un millón de dólares que recibimos de la Comunidad Económica Europea, hemos entregado desde el 2000 hasta ahora 300 sillas de ruedas, 120 audífonos y 170 becas entre educativas y laborales. En nuestras salas de rehabilitación se atienden unas 4 mil personas discapacitadas y de escasos recursos, otorgamos 8 mil pases para el transporte, sostenemos un taller donde se realizan prótesis y llevamos adelante un taller de integración escolar y uno de jardinería donde concurren 600 personas. Realmente hablar de discriminación me parece una mentira", consideró la funcionaria.


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