Cientos de personas permanecen como rehenes de un grupo de 50 separatistas chechenos que tomaron ayer el control de un teatro moscovita exigiendo el fin de la guerra de Chechenia y amenazaron con hacer estallar todo el edificio, por lo cual las fuerzas especiales rusas aseguraron que no atacarán el lugar.
"Se trata de 50 terroristas, y su única exigencia es el fin de la guerra en Chechenia", dijo el portavoz policial Valeri Gribaki, quien confirmó que el número inicial de personas retenidas era de unas 1.000, pero que tras la liberación de niños y extranjeros se cree que unos 700 rehenes permanecen dentro del edificio.
Los servicios especiales rusos no estaban prestos a atacar anoche a los rebeldes porque las autoridades privilegian las negociaciones para liberar a los rehenes que el comando armado mantiene en su poder, según dijo el vicepresidente de la comisión de Seguridad de la Duma, la Cámara baja del Parlamento ruso, Guennady Gudkov.
De acuerdo a la página de Internet kavkaz.org, en la que los atacantes reivindicaron la toma y se identificaron como separatistas chechenos, la operación está dirigida por el comandante Movsar Barayev, sobrino del jefe de la guerra checheno Arbi Barayev, muerto el año pasado y se encuentra acompañado por "cuarenta viudas de combatientes chechenos".
Según algunos rehenes liberados, los asaltantes llevan explosivos encima y anunciaron que formaban parte de los "kamikazes de la 29a división", según las mismas fuentes.
Indicaron que entre los integrantes del grupo armado había mujeres con máscaras y fajadas con correas con explosivos. Según estas personas los atacantes ingresaron al teatro disparando al techo y gritando "paren la guerra en Chechenia".
Además, un periodista de la radio Ecos de Moscú, que se encuentra retenido en el edificio, informó que el comando checheno ofreció la liberación de 50 rehenes a cambio de que les entreguen al jefe de gobierno pro ruso de Chechenia, Ahmad Kadyrov.
Gribakin afirmó que el comando checheno estaba formado por entre "40 y 50 personas de origen no eslavo", que reclaman que las fuerzas rusas abandonen Chechenia, la república independentista en la que entraron el 1 de octubre de 1999.
La agencia de noticias Itar-Tass señaló que los secuestradores prometieron ejecutar a diez rehenes por cada uno de sus hombres que muera.
Además, periodistas apostados a las afueras del teatro escucharon disparos en la zona aunque no pudieron establecer su procedencia.
Hacia las 16 hora argentina, el grupo de agresores entró en el teatro disparando al aire, algunos de ellos armados con fusiles automáticos, y bloquearon todas las entradas y salidas para evitar que los espectadores abandonaran el lugar.
Los hombres armados dejaron que unos 20 niños, algunos de ellos actores, abandonaran el teatro, una antigua casa de cultura en la que se representaba en aquel momento una comedia musical titulada "Noreste".
Antes de dejar el edificio mediante una soga construida con sábanas y parte del vestuario de la obra, la más taquillera de Rusia, Fateev dijo haber visto una veintena de secuestradores.
Fateev, junto a otros 15 actores y técnicos que no estaban en escena, fueron los primeros que escaparon por una ventana del tercer piso ayudados por la improvisada soga. Uno de los productores no pudo hacer equilibrio y cayó, quebrándose una pierna. (Télam)
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