Año CXXXV
 Nº 49.641
Rosario,
jueves  24 de
octubre de 2002
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Absuelven y dejan libre por falta de pruebas a un aparente justiciero

El sábado 21 de noviembre de 2000 una camioneta 4x4 blanca paró en el semáforo de Garibaldi y bulevar Oroño y un joven se acercó al vehículo. Metió su cuerpo por la ventanilla, tomó un bolso, se subió a una bicicleta y salió a toda velocidad. No fue muy lejos: un disparo impactó en su cuerpo y tres días después murió en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez por complicaciones posquirúrgicas.
¿Quién le había disparado? Un mes más tarde la policía arrestó a un comerciante y lo acusó del crimen. En su negocio, ubicado a metros del escenario de este episodio, encontraron una pistola Bersa calibre 22.
A Oscar Alberto Lobo, que era el acusado, lo incriminaban un par de testigos que aseguraron haberlo visto disparando contra el ladrón mientras huía en bicicleta. Pero los testimonios eran contradictorios y además las pericias realizadas a su pistola revelaron que no era el arma homicida.
Algunos juraban que fue quien hizo los disparos. Otros decían que al momento del hecho lo vieron lavando su auto frente a su propio negocio y que no intervino. Hasta hubo quien sugirió que el autor de los disparos fue el conductor de la 4x4, que después del robo salió a perseguir al ladrón.
Aún con estas dudas, Lobo fue procesado por homicidio. Parecía un clásico caso de justicia por mano propia y el fiscal de la causa pidió que lo sentenciaran a 24 años de prisión.
Pero en el juicio las contradicciones se profundizaron y además no se pudieron sumar nuevas pruebas. Por si fuera poco, algunos testigos modificaron su versión, en algún caso aduciendo presiones de la familia Lobo y en otro de la familia de Walter Amado Franco, que fue la víctima mortal del disparo. Además, Lobo negaba ser el homicida.
Ahora, después de un proceso que duró casi dos años, el acusado fue absuelto. Para el juez que dictó el fallo, Luis Giraudo, las pruebas son insuficientes para condenarlo. "Es probable pero no es seguro que haya sido el autor del disparo", dijo el magistrado. Y las dudas, ya se sabe, siempre favorecen al acusado.
Lobo, que estaba detenido desde el 28 de diciembre de 2000, ya está libre. Pero el caso todavía no está cerrado porque el fiscal tiene la posibilidad de apelar y exigir la revisión de la sentencia.


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