Año CXXXV
 Nº 49.604
Rosario,
martes  17 de
septiembre de 2002
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El autor de la obra descartada del Castagnino culpa a la "sexofobia occidental"
León Ferrari: "Lamento que Rosario tenga un clima que permita la censura"
El artista dijo que su trabajo "Amate" no cosechó ninguna objeción en exhibiciones anteriores

Silvina Dezorzi / La Capital

"Lamento que Rosario tenga un clima que permita la censura de una obra didáctica como esta", sostuvo ayer el reconocido artista plástico León Ferrari, autor de "Amate", un polémico trabajo que iba a exhibirse en la muestra Pie de Obra del Museo Castagnino, en el marco del X Festival Internacional de Poesía. El subsecretario de Cultura municipal, Julio Rayón, y la curadora de la muestra, Marcela Römer, aún no se ponen de acuerdo en quién fue responsable de censurar la obra (ver aparte), una estampa japonesa del siglo XVIII con la imagen de una masturbación femenina, intervenida por Ferrari en braille con las palabras de Cristo "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Mientras tanto, el propio artista afirmó a La Capital que la estampa en cuestión no sufrió censuras en sus anteriores exhibiciones, pero admitió que el episodio ilustra un "aspecto represivo" de la cultura occidental: "la sexofobia de herencia bíblica".
-¿Cómo fue la génesis de esta obra que ha desatado tanta polémica?
-Empecé a hacer este tipo de obras con la idea de poner en braille unos poemas de amor muy lindos de Borges sobre fotos de Man Ray, sugiriendo el hecho de que Borges era ciego. Creí interesante resaltar que quien no ve también puede leerlos, acariciándolos como se acaricia un cuerpo querido. Y como desde hace tiempo soy muy crítico hacia la cultura occidental en lo que tiene de represiva, trabajé sobre láminas cristianas escribiendo en braille versículos bíblicos. Uno de los aspectos represivos que critico es la sexofobia occidental de herencia bíblica, donde todo lo relacionado con el sexo aparece reprimido, oculto, o se considera delito y pecado. Entonces pensé que esta obra, con un poco de humor, era una especie de defensa de un placer que nos dio ese Dios que tanto se invoca.
-¿Quién era Utamaro, el autor de la estampa japonesa sobre la que trabajó?
-Un artista japonés del siglo XVIII. Los orientales tienen muchas obras de tenor erótico, al punto de que el sexo también forma parte de sus divinidades, como en Pompeya u otras culturas. Occidente transformó eso en una hoguera.
-¿Expuso esta obra antes?
-En realidad es del 97. Cuando ocurren estas cosas, parece que uno está buscando un escandalete, pero en verdad busca expresar algo en lo que cree. Expuse este tipo de obras junto a Man Ray sobre cuestiones bíblicas, que después formó parte como método de un envío que presenté en la Bienal de La Habana. Y estas mismas obras se expusieron en el Centro Recoleta, uno de los más frecuentados de Buenos Aires.
-¿Generaron polémica o censura en algún momento?
-Que yo sepa, ningún tipo de protesta, a pesar de que he tenido otras muestras donde sí hubo problemas.
-¿Cuáles fueron las mayores polémicas que generó su obra?
-Una fue la que hice contra la idea del infierno en el ICI, en el 2000. Allí hubo un grupo de gente católica, monjas incluso, que se pusieron a rezar misas en la puerta del ICI, con una mesa y una Virgen.
-Una especie de exorcismo...
-Sí, pero me alegró mucho porque ellos completaron la obra. Si no, hubiera sido nada más que una muestra de arte, pero al intervenir la transformaron en algo mucho más cuestionador.
-¿Se sorprendió con la censura que se dio en Rosario?
-Bueno, yo ya conocía lo que había pasado con Mónica Castagnotto hace dos años, pero no pensé que esta obra volvería a generar reacción. Creí que después de dos años la gente había progresado un poco, pero parece que no es así. Lo que me reconforta es que los artistas y amigos reaccionaron muy bien, acompañándome en esta muestra, pero sobre todo luchando por un bien común: la libertad de expresión. De modo que lo tomo como un empuje. Ahora, realmente lamento mucho que el clima dela ciudad de Rosario permita la censura de una obra didáctica como esta sobre una forma de placer hecha por un japonés. Es educativa también en ese aspecto.
-¿Qué responde a quienes se sienten heridos en sus sentimientos religiosos?
-Sí, tienen razón. Pero el origen de la condena a este tipo de placer es bíblico. A Onán, que eyacula afuera de la mujer con la que se había acostado, Dios lo mata. Si el relato cristiano sostiene que la muerte es la condena por la masturbación, es natural que los cristianos crean que no debe ser mostrado. Y la máxima expresión de la condena está en el Nuevo Testamento, con la tortura eterna para quienes no están con ellos. Eso es herir sentimientos.



León Ferrari dijo que su obra es didáctica y educativa.
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