El Loncho Ferrari se retiró tranquilo, en silencio como siempre y sin muestras de demasiado dolor. Sin embargo, el tobillo lo molestó en el entrenamiento y no lo dejó jugar más de trece minutos. Y por eso su presencia está en duda. Igual, confía en que podrá estar ante Vélez. Por sus ganas y porque "el doctor me dijo que iba a poder jugar, aunque depende de cómo evolucione mañana (por hoy) el tobillo". "Sentí dolor, no podía ir para los costados y me dolía cuando frenaba. Por eso salí", confió el defensor. "Ya me venía doliendo y por eso ayer había entrenado en forma diferenciada. Hoy queríamos ver si cuando entraba en calor se calmaba el dolor, pero no fue así", confió el actual goleador. Tras la práctica, el Loncho fue infiltrado y en el entrenamiento de hoy será evaluado para ver si responde a las últimas exigencias. Pero la definición no sólo será suya ni del técnico ni del cuerpo médico, al menos así lo indicó el Loncho Ferrari con buen humor: "El que decide es el tobillo".
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