Año CXXXV
 Nº 49.499
Rosario,
martes  04 de
junio de 2002
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Grupo C
Brasil venció 2 a 1 a Turquía con un inexistente penal que le dieron en el final

Brasil, tetracampeón mundial y sempiterno candidato al título, venció por 2 a 1 a Turquía favorecido por algunos fallos arbitrales que deslucieron una victoria que llegó sobre el final, pero que se caía por el propio peso de sus jerarquizadas individualidades.
El partido, que abrió el grupo C de la 17ª Copa del Mundo, se jugó en el Ulsan Munsu Football Stadium y contó con el cuestionable arbitraje del coreano Young Joo Kim.
Brasil y Turquía no se guardaron nada de principio a fin. Siempre fueron a buscar, cada uno con lo suyo, con virtudes y defectos que le dieron emotividad al desarrollo.
Por intenciones y características futbolísticas de los jugadores de ambos equipos, este partido fue de lo mejor que se vio desde que comenzó el certamen, al menos para los que tienen paladar negro a la hora de degustar del buen fútbol.
De movida los brasileños aparentaron querer comerse crudos a los turcos apoyados en la jerarquía individual de sus rutilantes nombres: Rivaldo, Ronaldo, Roberto Carlos, Cafú. Y casi lo consiguen en un par de oportunidades, especialmente cuando se junto la dupla Ri-Ro (Rivaldo-Ronaldo), pero estos intentos siempre se abortaron en la última puntada, a veces por impericia de los definidores y otras por la gran tarea del arquero del Fenerbahce, Rustü Recber.
Pero pasado el asedio, los turcos salieron de la encerrona y se empezaron a animar más allá de la mitad de la cancha, región en la que también contaban con hombres de buen pie como Hasan Sas, Yildiray Bastürk y el joven Emre Asik, junto a la siempre inquietante presencia del goleador Hakan Sukur.
Algunas jugadas preparadas en los tiros libres que pusieron en aprietos al arquero Marcos, más algunos desajustes entre Lucio y Roque Junior, trajeron zozobra a la última línea brasileña.Y ni qué decir del ánimo del técnico brasileño cuando sobre el final del primer período Bastürk frotó la lámpara, habilitó con un guante a Hasan Sas y éste, con un tremendo zurdazo trajo sorpresa a la torcida del tetracampeón.
Pero claro, Brasil es Brasil, para aplastar rivales inferiores y sin historia tanto como para intimidar árbitros como el coreano Young Joo Kim. Para el primer ítem estuvo el tanto del recuperado Ronaldo a los cuatro minutos del segundo tiempo, después de un toque de distinción de Rivaldo. Y para el segundo quedaron algunos fallos erróneos del juez oriental que inclinaron aún más la cancha hacia el arco de los turcos, además de dejarlos sin dos hombres por dudosas expulsiones.
Brasil fue y fue después del empate, sumando Felipao hombres de ataque como Denilson y Luizao por Ronaldo y Ronaldinho, aunque la repetición de movimientos terminó siendo un recurso neutralizable.
Y cuando a cinco del final parecía que los rojos acariciaban una paridad memorable, entró en acción el árbitro local, para cobrar un penal y expulsar por último recurso a Alpay Ozalan, permitiendo que Rivaldo pusiera en ventaja a su equipo. Y casi sobre la pitada final para permitir un vergonzoso adelantamiento de la barrera brasileña en un peligroso tiro libre al borde del área para Turquía, además de la postrera expulsión de Hakan Unsal por una agresión que Rivaldo simuló y nadie vio. Así, Brasil sumó en un grupo accesible una victoria con ayuda que por la jerarquía de sus jugadores no necesitaba. Pero claro, Brasil es Brasil. Cuatro Copas del Mundo dan fe de ello. Y además, Turquía es Turquía. (Télam)



Luizao se tira a la pileta desde afuera del área.
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