Año CXXXV
 Nº 49307
Rosario,
miércoles  21 de
noviembre de 2001
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El viento alcanzó una velocidad de 115 kilómetros por hora
Dos muertos y un herido grave a raíz de la fuerte tormenta
Unos 10 mil rosarinos se quedaron sin luz. Dos camiones volcaron en la autopista a Buenos Aires

Terrible. Dos personas murieron y otra resultó gravemente herida como consecuencia de la tormenta que se desató ayer sobre la ciudad, pasadas las 18.30. Una de las víctimas perdió la vida al quedar aplastada bajo la rama de un eucaliptus gigante, en tanto que la otra falleció por electrocución. A raíz de la tempestad que azotó la zona, dos camiones volcaron en la autopista a Buenos Aires y otro en la ruta 33. Los fuertes vientos que alcanzaron ráfagas de hasta 115 kilómetros por hora, no sólo produjeron destrozos en árboles sino que también dejaron a unos 10 mil rosarinos sin luz.
Vilma Sosa (43 años), junto con otras dos mujeres, circulaba ayer poco antes de las 19 por Saavedra y Cullen cuando la intensa lluvia que caía en ese momento la obligó a refugiarse en un terreno arbolado ubicado en la parte posterior del Instituto Penitenciario de Menores de la Provincia. El viento desgajó la rama de uno de los eucaliptus bajo el cual se guarecían Sosa y las otras dos mujeres, Blanca Sánchez, de 42 años, y Mirta López, de 35.
El desprendimiento del árbol impactó de lleno sobre la cabeza de Sosa por lo que la mujer murió en el acto. "La muerte se produjo por aplastamiento craneano con pérdida de masa encefálica", dijo uno de los policías que trabajaba en el lugar.
Según detallaron los efectivos de seguridad, Sosa había visitado a un familiar detenido en la comisaría 19ª y regresaba caminando a su casa, ubicada en Nicaragua 2080, cuando sufrió el fatal accidente.

El paso de la tempestad
Pero el perfil trágico de la tormenta no terminó allí. En otro sector de la ciudad, una mujer murió electrocutada en su vivienda precaria de Rubén Darío al 2000. La víctima fatal fue identificada como Margarita Giménez, de 59 años, mientras que su nieta, Laura Soplán, de 15, resultó gravemente herida. Ambas fueron trasladadas al Hospital Provincial del Centenario, pero Giménez murió antes de llegar. Al cierre de esta edición, la adolescente permanecía internada en la sala de terapia intensiva en estado reservado.
Ayer fue un día complicado. La máxima llegó a los 35 grados a las 17, temperatura que agobió a los rosarinos. El preludio de lo que sería una tormenta fatal comenzó a las 18.30. El cielo se tornó negro y hasta verduzco por momentos. Luego comenzó a soplar un fuerte viento y detrás llegaron el agua y el granizo. La temperatura descendió a 13 grados.
En la zona sudoeste de la ciudad el fenómeno arrancó árboles de cuajo, rompió ventanas y provocó escenas de pánico. En la Escuela Nº799, en pleno corazón de barrio Acindar, las maestras quedaron azoradas al ver cómo el viento destrozaba gran cantidad de ventanas.
Alrededor de las 19, las ráfagas alcanzaron los 115 kilómetros por hora, según informaron desde la estación meteorológica del Aeropuerto de Fisherton. A las 21, el total de agua era de 32 milímetros, aunque al cierre de esta edición continuaba lloviendo.
El viento generó desperfectos en las líneas de media y baja tensión de la Empresa Provincial de la Energía (EPE). Unos 10 mil usuarios quedaron sin luz. Los cortes afectaron a los barrios 7 de septiembre, Rucci, Alberdi, Parquefield, la Florida, Fisherton, y cerca del cementerio La Piedad, además de la zona sur.
La tempestad derribó árboles en Funes y Roldán. Algunos ejemplares añosos arrancados de cuajo cayeron sobre la ruta 9 y cortaron el tránsito. Al cierre de esta edición los vehículos estaban siendo desviados hacia la autopista Rosario-Roldán. En Funes el fenómeno también arrancó el techo de una vivienda, aunque no hubo que lamentar víctimas.
El temporal provocó el vuelco de dos camiones en la autopista a Buenos Aires a la altura del barrio Las Flores. Lo mismo ocurrió sobre la ruta 33, en la conocida curva de la muerte, cerca de Pérez. Un camión quedó semivolcado a la vera del camino y el tránsito quedó interrumpido parcialmente.



Una mujer murió golpeada por la rama de un árbol.
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