Año CXXXV
 Nº 49307
Rosario,
miércoles  21 de
noviembre de 2001
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El Hospital Carrasco se niega a recibir a detenidos con HIV
Desconocen una orden judicial para tratar a Rogelio Altamirano, un enfermo avanzado

El hospital Carrasco dejó de recibir detenidos desde que un policía fue fusilado mientras custodiaba a un preso el 7 de julio pasado. La negativa incluyó el rechazo de una orden judicial para la atención de un enfermo de HIV en estado avanzado. El interno, que se encuentra ahora en el Hospital Cullen, de Santa Fe, padece tuberculosis gangliar y sus familiares presentaron un recurso para pedir su internación en Rosario con la intención de estar cerca y poder brindarle atención debido a su estado.
La denuncia por el rechazo de los detenidos en el hospital Carrasco fue realizada por la familia de Rogelio Oscar Altamirano, de 28 años. Pero la versión fue confirmada por el titular del Servicio Penitenciario, Arturo Gandolla. "Primero se negaron a recibirlo por una cuestión técnica y después, adujeron que no tenían lugar. En la práctica, no están recibiendo detenidos ni siquiera con una orden judicial", indicó Gandolla.
El titular del Servicio Penitenciario indicó que las autoridades del Carrasco indicaron que el rechazo se debía una orden "superior", con lo que responsabilizaron a la secretaria de Salud Municipal Mónica Fein.
Gandolla indicó que Fein dejó abierta la posibilidad de volver a recibir detenidos en el Carrasco, aunque a partir del fusilamiento del agente Alexis Salguero, ocurrido el 7 de julio pasado, el hospital no volvió a internar presos.
La situación de Altamirano reúne varias características particulares. El hombre, de 28 años, se encuentra en un estado avanzado de la enfermedad, de la que se infectó hace más de 12 años, según indicó su madre. Su compañera y madre de su hijo, también enferma, falleció un año atrás. Sus familiares viven en Rosario y enfrentan problemas económicos que le impiden viajar a Santa Fe, donde se encuentra internado desde hace un mes.
"Mi hijo tiene un estado depresivo terrible y le faltan 5 meses para poder obtener la libertad asistida", dijo su madre, Mabel Longus. La mujer insistió que los jueces y el Servicio Penitenciario actuaron con consideración, aunque renegó por la actitud de las autoridades del Hospital Carrasco. "Tuvieron a mi hijo deambulando un día entero porque no querían internarlo. Ni siquiera acataron la orden del juez Luis María Caterina", señaló.
La mujer remarcó que su esposo tiene una jubilación por invalidez y que le resulta imposible disponer de 30 pesos semanales para viajar a ver a su hijo a Santa Fe. Por su parte, Gandolla se comprometió a trasladar al interno a cualquier institución rosarina donde puedan atenderlo.


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