Año CXXXIV
 Nº 49.304
Rosario,
domingo  18 de
noviembre de 2001
Min 15º
Máx 29º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Puerto Madryn: Aprendizaje y aventura

María del Carmen Hernández

Destino, Puerto Madryn. Alumnos de sexto año de la Escuela Normal Nº 2 de Rosario viajaron a Puerto Madryn. Los chicos durante los siete días que duró el viaje realizaron el avistaje de las ballenas, conocieron el museo paleontológico, el EcoCentro, disfrutaron un día de campo en la Estancia San Guillermo, contemplaron la pingüinera y recorrieron una mina de hierro, ubicada en Sierra Grande.
Los alumnos estuvieron acompañados por el profesor Marcelo Caffaratti, coordinador del emprendimiento. "El viaje educativo lo realizo desde hace cinco años, ininterrumpidamente, con la creencia de que acompaña el proceso de aprendizaje de los programas de estudio del sexto año de la EGB (Educación General Básica), en materias tales como ciencias sociales y naturales. Para ello cuento con el respaldo de las autoridades escolares, el Ministerio de Educación, el departamento de Educación Física y de los padres", dijo a La Capital.
El contingente -compuesto de cien chicos y veinte adultos-, ya instalado en la ciudad de Puerto Madryn, disfrutó de las delicias y bondades del mar fundido con playas de pedregullo y arena e imponentes acantilados revestidos de distintas tonalidades de ocres que conforman los estratos geológicos, adornados por collares de nidos blancos de aves marinas y coronados por colonias de lobos marinos que descansan sobre las rocas.
También se pueden realizar cursos de buceo, excursiones convencionales y actividades acuáticas que abren la puerta a un mundo de arrecifes rocosos multicolores que puede ser disfrutado por todos (incluidos aquellos que no saben nadar) con la provisión de equipo básico y traje de neoprene. Además se puede recorrer un centro comercial al servicio del turista, donde es posible encontrar contingentes de personas provenientes de Gales, Japón y España, entre tantos países.

Un día de campo
Los niños compartieron un día de campo en la estancia San Guillermo, ubicada en cerro Avanzado, a 80 kilómetros de Puerto Madryn, ocasión en que degustaron exquisitas tortas fritas bañadas con azúcar y mate de bombilla, a modo de bienvenida. En tanto se interiorizaron de cómo se vive y qué se produce en el campo y participaron de la esquila de oveja, en vivo. Para los más avezados, el lugar ofrece cabalgatas gauchas.
La estancia está abierta al turismo desde hace siete años y sus dueños Alfredo y Cristina Casado son los responsables de mostrar y dar a conocer todas las actividades propias del campo. Asimismo los chicos participaron de una caminata por el sendero biológico y paleontológico y se interiorizaron de la historia de los indios tehuelches, que habitaron esas tierras. Además, recorrieron una plantación de arbustos y plantas medicinales. La extensión del lugar es de 3.000 hectáreas.
Finalizando la recorrida por el lugar fueron agasajados con un suculento almuerzo típico consistente en asado y cordero a la estaca, acompañado de ensaladas varias, pastelitos de membrillo y distintos tés de hierbas del lugar. También disfrutaron de la presencia de huanacos domesticados, que hicieron las delicias de grandes y chicos, y de pumas que dormían plácidamente al sol ajenos al bullicio reinante, en sus reductos debidamente protegidos.
Otro de los paseos pautados en el viaje fue la visita al EcoCentro, ubicado en la ciudad de Puerto Madryn, primer espacio del país dedicado a la interpretación de los ecosistemas marinos. Está ubicado en un punto de privilegio, próximo a la península Valdés. En esta zona, única por la concentración de fauna marina y por la agreste belleza de sus paisajes, la naturaleza deja observar algunos de sus espectáculos más conmovedores. Aquí es fácil comprender que este equilibrio, maravilloso y frágil, también exige algo de nosotros.
El EcoCentro fue construido sobre un acantilado del que parece formar parte, como un mirador en un sitio cuidadosamente elegido, un umbral desde el cual acceder a lo que no conocíamos o habíamos olvidado. Los chicos, fascinados por el lugar, se encontraron con espacios para deambular, aceptando la invitación a contemplar una fotografía, leer un texto o escuchar los sonidos de una ballena, ámbitos en los cuales basta con alzar la vista para encontrar el mar, del que cada ventana ofrece una nueva perspectiva.
Por su estilo, que recupera elementos de la arquitectura galesa, el edificio se integra en la tradición histórica de la región patagónica y se ofrece al visitante como un ámbito donde la naturaleza acompaña el ir y venir del pensamiento. En el interior, el que mira siente que el hombre tiene su propio lugar en la vastedad del paisaje.

Avistaje
Pero la delicia de los chicos lo constituyó, sin lugar a dudas, el avistaje de las ballenas, en Puerto Pirámide. Allí de la mano de los lugareños, los niños subieron en grupos a lanchas que los internaron en el mar para tomar contacto con las ballenas francas. Muchas de ellas tienen nombres: Josephine, Stare, Cassiopeia, Gabriela, Troff y Antonia. Cada una desde hace muchos años regresan a las orillas de la península Valdés. Todas lo hacen a la hora de dar a luz y durante un tiempo largo se quedan jugando con sus hijos, hasta el momento de lanzarse nuevamente a las profundidades del mar. Como si supieran se acercaron a las embarcaciones para saludar al contingente de niños y así posar para las fotos. Sus imponentes colas se meneaban de un lado al otro ocasionando el griterío de los chicos que no podían creer lo que estaban viendo. Fue emocionante.
Pero el viaje continuó su curso y aún les deparaba más sensaciones inolvidables. En la visita a la pingüinera de Punta Tombo, distante a 180 kilómetros de Puerto Madryn, los chicos fueron recibidos por gran cantidad de pingüinos que se encontraban custodiando sus huevos y observando todo lo que pasaba a su alrededor. Esta zona es un área protegida con una superficie de 210 hectáreas, creada en 1979, con el fin de conservar la fauna y flora de la zona. Es un área extraordinaria en cuanto a la diversidad de aves marinas y costeras que allí reproducen y alberga la mayor colonia continental de pingüinos magallanes. Un lugar digno de ser visitado, no sólo por estar en contacto con estos animales, sino por ser una de las zonas más bellas en cuanto al paisaje. Tan solo mar, playa y cielo.
Continuando el viaje se llega a la ciudad de Trelew donde los chicos visitaron el Museo Paleontológico Egidio Feruglio. Este lugar es una de las instituciones museísticas más importantes de la Argentina y ampliamente reconocida a nivel mundial. Su misión es difundir los conocimientos científicos proponiendo un viaje que recorre la historia natural del planeta destacando la sorprendente vida que dejaron los dinosaurios en la zona. El museo no es sólo un museo, es también un centro de actividades científicas que lo transforma en una experiencia única.
Ya a la hora de preparar los bolsos y emprender el regreso los chicos recibieron una sorpresa más, única e impresionante: participar de un viaje al centro de la Tierra. Ya en Sierra Grande, casco en la cabeza y ropa de fagina, descendieron 54 metros hacia el centro de la tierra. Se trata de la mina de hierro. Los chicos vivieron una aventura terrestre inolvidable. Guía de por medio, se recorrieron los distintos túneles por donde los mineros realizaban sus trabajos pico en mano, en la obtención del hierro.
Hoy está desierta, sólo quedan las maquinarias y el sonido de sus pasos y voces en la inmensidad de la Tierra. Un paseo único y maravilloso, lleno de encanto, misterio y aventura, donde chicos y grandes dejan volar su imaginación. El lugar tiene una profundidad de 420 metros.
Conocimiento, aventura, imaginación, aprendizaje y reflexión, al servicio de los alumnos. Un viaje inolvidable, para aprender y conocer que la vida nos ofrece mucho más, la belleza de la tierra y la fauna, la solidaridad de la gente, la simplicidad de las pequeñas cosas, la naturaleza en todo su esplendor al alcance de sus manos. Un viaje para recordar.



Avistaje de ballenas, la delicia de chicos y grandes.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados