Año CXXXIV
 Nº 49.298
Rosario,
lunes  12 de
noviembre de 2001
Min 14º
Máx 21º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






El día que una "viuda negra" lloró en silencio al escuchar su condena
Un juez la sentenció a 6 años y 3 meses de prisión por robarle a dos mujeres tras abandonar la cárcel

Dicen que lloró cuando escuchó la sentencia. Lo hizo sin pronunciar palabra, sentada frente a un funcionario del juzgado. Seis años y 3 meses de prisión no es poco tiempo para una mujer de 44 años. O quizás sí, ya que esta vez consintió la condena.
Nanci Beatriz Basualdo ya conocía cómo es el trámite en el que lloró ante Ernesto Eiris, el secretario del juez Ernesto Genesio. Es que en 1998 otro magistrado -José María Casas- ya la había condenado a 3 años y 3 meses de prisión por delitos similares a los de ahora. Pero aquella vez no derramó ninguna lágrima, tal vez porque sabía que saldría mucho antes.
Así fue. El 7 de julio de 2000 volvió a ser una mujer libre. Como salió en libertad condicional, debía portarse bien, pero acaso compulsivamente, 19 días después volvió a su oficio de siempre. Engañó a dos mujeres y así consiguió robarles.
Basualdo es lo que las crónicas policiales definen como viuda negra: se hace amiga de sus víctimas, casi siempre hombres pero a veces también mujeres, y luego los duerme con altas dosis de lexotanil que diluye en café o cualquier otra bebida. Así puede completar su trabajo: roba lo que puede, pero si son alhajas mucho mejor. Y después las empeña.

Buscó víctimas en el Pami
Las últimas veces, Basualdo se hizo pasar como asesora del Pami. Así se ganó la confianza de dos mujeres, una de ellas de 70 años. Luego hizo lo de siempre, sólo que con una de ellas se le fue la mano: le puso tanto lexotanil que la dejó en coma. La hermana de la víctima la encontró al día siguiente, recostada sobre la mesa de su casa. Terminó en terapia intensiva.
Los dos atracos por los que fue condenada esta vez ocurrieron el 26 de julio y el 19 de agosto de 2000. Ambos en la zona céntrica. Pero esta vez Basualdo cometió un error: cuando sospecharon de ella y allanaron su casa, encontraron los recibos de unas joyas que había empeñado en el Banco Municipal.
También le incautaron las pastillas que usaba para dormir a sus víctimas. Con esa evidencia la procesaron y ahora también la condenaron. Por estos dos hechos Genesio la sentenció a 3 años y 3 meses de prisión, pero también le sumó la condena anterior y la declaró reincidente por segunda vez.
Por eso ya no podrá acogerse al beneficio de la libertad condicional, como ocurrió antes. Pasará en prisión todo el tiempo de la condena. Tal vez por eso esta vez lloró frente al funcionario que la notificó del fallo.



El juez Ernesto Genesio condenó a Nancy Basualdo.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados