El juicio oral a los acusados de integrar la "conexión local" del atentado a la Amia se reanudará hoy con más testimonios de personas que estuvieron cerca de la mutual judía antes, durante y después de la explosión, aunque esta semana se espera al chofer de un camión que minutos antes del ataque dejó un volquete en Pasteur 633.
Los jueces Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo escucharán desde hoy a las 14.30 a ocho testigos que estuvieron en inmediaciones de la mutual la mañana del 18 de julio de 1994, cuando ocurrió el atentado terrorista que mató a 85 personas.
Pero el más esperado esta semana es Juan Alberto López, el empleado de la empresa de volquetes Santa Rita que, según él mismo declaró en la instrucción de la causa, dejó un contenedor para la Amia a las 9.45 del 18 de julio de 1994, ocho minutos antes del atentado.
El nombre de López circuló la semana última en los Tribunales Federales de Retiro, porque el juez que investiga el atentado en forma paralela al juicio oral, Juan José Galeano, dictó la falta de mérito para quienes eran sus jefes en esa época, el empresario libanés Nassib Haddad y sus tres hijos.
Es que el volquete que dejó López esa mañana fue durante años centro de sospechas por parte de quienes sostuvieron que se usó para despejar el acceso del coche bomba a la puerta de Amia o, más aún, quienes creen que contenía el detonador o los explosivos usados. Esta tesis es todavía enarbolada por el abogado defensor de uno de los principales acusados, el del ex comisario Juan José Ribelli.
Galeano descartó la semana pasada que ese volquete haya tenido algo que ver con la preparación del atentado, pese a lo cual se descuenta que López será sometido a un exhaustivo interrogatorio de los abogados de los 20 acusados.
Trato "hostil"
El lunes se verá, además, un nuevo capítulo de una disputa que mantienen fuera del recinto de audiencias los abogados de las querellas y las víctimas y de los acusados por el trato que se a los diferentes testigos.
Amia, Daia y Familiares de las Víctimas protestaron airadamente luego de un interrogatorio al que se sometió a la sobreviviente y empleada de Amia, Rosa Perelman. "Es una víctima y por momentos parecía sospechosa, buscan sustentar sus hipótesis a cualquier costo", reclamaron.
Por otra parte, uno de los abogados defensores oficiales, Víctor Valle, terminó la audiencia el jueves último con un reclamo parecido a las querellas, sobre la forma en que se interrogó a dos policías que custodiaban la Amia.
"Es una verguenza, son servidores públicos y los sometieron a una indagatoria", evaluó. Es que para los abogados de los damnificados, los dichos de los dos policías de las comisarías 5ª y 7ª que esa mañana vigilaban la mutual "dejaron en claro la precariedad de la vigilancia que el Estado le daba al lugar. Tenían un auto que no andaba, por ejemplo, y eso da mucha bronca", sintetizó el abogado de Amia, Miguel Bronfman.
La Ciudad
