Año CXXXIV
 Nº 49.298
Rosario,
lunes  12 de
noviembre de 2001
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¿Qué ves cuando me ves...?

Arturo Ignacio Araujo (*)

Cuando veo el templo de la parroquia Cristo Rey, veo una construcción que me trae muchos gratos recuerdos: allí me casé, se casaron mis hermanos, se bautizaron todos mis nueve hijos, mis numerosos sobrinos y se casó la mayor de mis hijas. La aprecio desde el punto de vista arquitectónico, me resulta una construcción amigable, agradable y que se integra con el barrio. Pero por sobre todas estas percepciones muy importantes para mí, veo el templo como el ámbito más propicio para relacionarme con Dios, para rezar, para adorarlo, para participar de la Santa Misa, para recibir los sacramentos.
Respeto a aquellas personas que con entera buena fe focalizan la visión del tema al aspecto meramente arquitectónico, edilicio, histórico, paisajista y sin embargo omiten considerar un aspecto sustancial: se trata de una construcción sagrada (no profana), de una "iglesia" es decir un edificio sagrado «destinado al culto divino"..., según definición dada por el artículo 1214 del Código de Derecho Canónico. Recuerdo que el Código Civil en su artículo 2345 reconoce la condición de "cosa sagrada" y establece que estos bienes se rigen por las leyes que ha fijado el Patronato Nacional (acuerdo celebrado entre la Santa Sede y el Estado Argentino, aprobado por ley 17.032, y ratificado por fallos de la Corte Suprema Nacional). Es por ello que estimo que los ánimos se pacificarán cuando con absoluta buena fe de todos, se reconozca la condición sustancial del templo "de cosa sagrada" (reconocida por el ordenamiento legal argentino) y la condición, también importante de edificio de valor arquitectónico, histórico, etcétera.
El nuevo proyecto de reformas del templo, anunciado por el obispo auxiliar de Rosario, Luis Collazuol (explicitado en La Capital del 21 de octubre último) consigue conservar el 92% de la actual construcción y su esencia prototípica: toda su fachada intacta (no se traslada), el estilo inglés (techos con distintas caídas y de chapa similar a la Estación de Trenes) y de esta forma se respetan legítimos anhelos de un sector de la comunidad. Por otro lado, la Iglesia procura con la reforma dar mayor plenitud a la razón de ser básica de todo templo: "...Destinarlo al culto divino..." a través de una "arquitectura sagrada" en cuanto la misma resulte hábil para expresar la fe y la piedad genuinas, fin de todo arte sagrado ("Comentarios al Código de Derecho Canónico", de Lobo, Mígueles, Morán, Tomo II, página 757).
Mi experiencia personal y familiar me hace adherir al nuevo proyecto de reformas. En casa, para poder escuchar misa sentado, debo concurrir con no menos de 15 minutos de anticipación, de lo contrario sufro el plantón, me siento en el piso o me apoyo a la pared. Como mis hijos adolescentes y niños no están dispuestos a madrugar, salen de casa dos minutos antes y se van a la Vicaría, donde invariablemente pueden sentarse por las comodidades de ese templo. Los chicos dispuestos a ir más temprano, se sientan y luego -como corresponde- ceden el lugar a los mayores, terminan parados o en el piso.
No podemos celebrar la primera comunión, confirmación, fiestas patronales, Navidad, Semana Santa, ni algunos bautismos múltiples en el templo: utilizamos la casa parroquial, el colegio, la plaza y aún la calle, lo que no sólo no es digno para Dios, sino para los fieles. En este sentido dice... "Póngase cuidado al edificar los templos en proveer a la comodidad de los fieles, a fin de que puedan tomar parte en los divinos oficios con más agrado y devoción..." (obra citada, página 756).
La explicación del proyecto en su interior contempla cuatro ámbitos: un espacio central, donde se reúne la comunidad entera y realiza la comunión con Dios y con los hermanos, que permitirá la adecuada participación de los fieles; la fuente bautismal, que no será la tradicional "pila bautismal" sino la real "fuente" de agua viva; por la fuente bautismal se entrará al templo, imagen de la Iglesia; el Sagrario en el templo estará cruzando el Mar Rojo y una escultura de un Angel en la postura de "bajar del cielo" sostendrá el sagrario y finalmente el templo dispondrá del ámbito denominado "Capilla de las Confesiones", es decir un lugar propio para el sacramento de la Reconciliación.
He adherido calurosamente al proyecto, como muchas otras personas. Con un criterio absolutamente pragmático y preservador únicamente del aspecto arquitectónico, se dice que el nuevo templo puede construirse en otros terrenos (campo de deportes del Colegio, terrenos linderos al ferrocarril, etcétera.). Nuevamente se omite toda referencia del carácter sustancial que tiene el templo.
El templo actual, la Casa Parroquial (de la otra esquina), el jardín de infantes de la esquina opuesta y el Colegio Parroquial, componen una unidad funcional destinada a la evangelización, por ello este desarrollo y emplazamiento no es casual, es sustancialmente causal. El templo no puede instalarse fuera de éste núcleo. Obsérvese que todos los colegios de la ciudad ampliaron sus templos en el mismo sitio en donde se impartía enseñanza (Sagrado Corazón, Hermanos Maristas, La Salle, San José), en ningún caso evaluaron siquiera la posibilidad de trasladar el templo a otros terrenos y menos al campo de deportes, que todos poseen. En este sentido tampoco me parece ni digno ni justo, que se le "recomiende" a la Iglesia cómo y dónde debe realizar su labor de evangelización.
Se ha dicho que no es momento para gastar en un templo. ¿Cuándo es el momento para gastar dinero en la construcción de un templo? Estimo que se debe hacer el gasto cuando más se necesita. Agrego que ayudarán a construirlo los que voluntariamente estén dispuestos a hacerlo, no se trata de un impuesto y tampoco se pedirá un centavo al Estado. Por lo demás la obra no afectará a otras obras solidarias que lleva adelante la parroquia a favor de los más necesitados.
El momento sí es oportuno, ¡vaya si lo es...! para re-ligarse con Dios y todo lo que facilite ese reencuentro merece un esfuerzo de todos quienes voluntariamente quieran hacerlo. Por eso cuando veamos el templo, veámoslo integralmente y de esa forma respetaremos los derechos de todos.
(*) Abogado


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