Año CXXXIV
 Nº 49.298
Rosario,
lunes  12 de
noviembre de 2001
Min 14º
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El clásico rosarino
El conformismo condenó a Newell's

Pese a que Central se paró con tres delanteros, Llop no modificó el planteo táctico inicial que había pergeñado en la semana, el mismo que viene utilizando desde hace varios partidos. Aunque eso lo sufrió en carne propia cuando a los 6 minutos le costó un gol. El Chocho demoró 15 minutos en reaccionar y darse cuenta de que el cuarto hombre que tenía que tomar a los delanteros visitantes tenía que ser Damiani y no Ponzio, que al principio se retrasaba demasiado y Newell's se quedaba casi sin contención en el medio.
De a poco Newell's empezó a crecer en esa zona, Ponzio repartió más la disputa del balón con el Sapito Encina, Saldaña comenzó a ser el dueño de la pelota y el eje de la levantada, y Dueña a escalar por la izquierda. Pero la Fiera no aparecía, Vázquez sólo preocupaba a los hinchas leprosos y a Real, que estaba muy solo, casi no le llegaba. Hacía bien una parte, pero era inoperante en el área rival. No tenía volumen de juego y carecía de profundidad, al margen de una aparición de Crosa y un cabezazo de Real y un zurdazo mordido de Pavlovich.
La entrada de Nico -que había reemplazado al intrascendente colombiano, a los 31 minutos con lo que el DT dio muestras de que se había equivocado con su inclusión-, empezó a torcer la historia. Con su empuje y decisión, con la visión de juego de Saldaña y algunas apariciones aisladas de Rodríguez forzó el empate, que llegó por una guapeada de Crosa -aunque con infracción- y un acierto de Pavlovich. Fue el premio a una búsqueda desordenada.
Con la tranquilidad del empate cedió protagonismo y permitió que Central creciera, pero se acomodó de contra, una posición que le sienta cómoda. Y así estuvo a punto de desnivelar. Lo tuvo la Fiera y después lo desplazó Díaz en el área cuando quedaba de cara al gol.
Pero Saldaña se cansó, pidió el cambio, y los rojinegros, que mostraron un mayor resto físico en ese lapso, terminaron desdibujados y contra su arco. Y cuando tenían todo para definirlo, parecieron conformarse, y casi lo terminan perdiendo, como con el cabezazo de De Bruno, que tapó impecablemente Luque y el zurdazo de Rivarola salvado por Vojvoda. La conveniencia y el conformismo privaron a los rojinegros de festejar algo más que la continuidad de la racha.



Saldaña va abajo para trabar a Mustafá.
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