Quién dijo que todo está perdido, dice una de las letras de Fito Páez. Lo mismo se repite Oscar Cortínez para no perder la fe. La pelea con su pareja dejó sus secuelas. Y utiliza cualquier medio para expresarlo. "Deportivamente estoy bárbaro. Desgraciadamente la parte anímica no me ayuda porque me peleé con mi novia y me duele. No me quería quedar en casa y vine para sacarme la bronca. Qué mejor entonces con lo que más me gusta que es correr. Y fue evidente porque corrí con bronca, con ganas de descargarme". Los sentimientos negativos lo ayudaron al triunfo, que no tuvo contratiempos. "Estoy andando bien. No es de pedante decir que uno viene acá tranquilo. En ningún momento aflojé y por eso la diferencia, que fue bastante grande". En este sinfín de declaraciones sentimentales, Cortínez expresó su satisfacción por competir en la ciudad. "A Rosario la tengo muy guardada dentro mío porque el primer Nacional que competí siendo menor fue en la pista de Provincial. Cuando uno empieza a crecer en nivel, las obligaciones pasan por dónde tenés que ir y no dónde querés ir. Por eso no vengo tan seguido por acá". "Esta es una carrera que auspiciaba la empresa que me apoya a mí. En ningún momento me obligaron a venir sino que sentía una obligación moral de estar", agregó. En cuanto a los inconvenientes de Rosario por tener un maratón de 42 kilómetros, Cortínez señalo: "Dios existe pero atiende en Buenos Aires. Lo ingrato que tiene el interior es que todo se cocina allá y no se tiene el apoyo necesario como para que Rosario tenga una carrera de 42 kilómetros que se merece. Por suerte me comentaron que el próximo van a tener esa prueba (Maratón Bisel). Esperemos que ustedes le brinden todo el apoyo".
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