Año CXXXIV
 Nº 49.298
Rosario,
lunes  12 de
noviembre de 2001
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Los integrantes de la tradicional familia se vieron las caras todos juntos
Los Soldi argentinos se reunieron ayer en Rosario

"Cada hombre es mi hermano, tanto más si se llama Soldi". Ese fue el saludo de bienvenida para el encuentro de una familia tradicional. La frase estaba estampada en los ascensores que conducían a un salón céntrico donde se llevó a cabo ayer un almuerzo especial, el que reunió a 70 personas signadas bajo el mismo apellido: idéntico al de 50 mil individuos que residen en 20 países. Idéntico al que nació en España y se propagó por Italia alrededor del año 1000. Hoy, conforman un "casato", es decir una familia, una tradición o una estirpe. En definitiva, una organización que se instaló también en la Argentina donde generó ya dos encuentros familiares.
Las actividades comenzaron al mediodía con una misa en la catedral a la que siguió un almuerzo con homenajes protocolares y, como broche de oro, la entrega de premios y diplomas. Los Soldi vernáculos se encargaron también de organizar una especie de city tour destinado a los visitantes de otras ciudades. Recorrieron el Paraná en catamarán y pasearon por los puntos más pintorescos de Rosario.
Pero fundamentalmente revivieron su historia ligada a la Iglesia Católica, y extendieron por estos lares sus tradicionales reuniones, que comenzaron el 24 de septiembre de 1950 en Cremona (Italia).
La idea de la primigenia reunión fue de Fiorino Soldi, que en 1945 salvó su vida durante la guerra por ser Soldi. Un oficial alemán lo perdonó porque su madre también tenía ese apellido. Por eso, a Fiorino se le ocurrió formar una sociedad para reunir a los consanguíneos del mundo en busca de la solidaridad. Esas personas formaron la Associazione del Casato Soldi, bajo el lema "el que no da, no recibe". El grupo logró el apoyo de la Iglesia y se convirtió en un brazo laico.
Desde que Francisco Raúl Soldi es secretario del casato argentino, los encuentros comenzaron también acá. El primero fue en La Plata, el año pasado. Y ayer, por segunda vez, los Soldi se reunieron en Rosario.
Desde hace semanas, Carlos Soldi se dedicó a juntar a sus familiares y logró que 70 de ellos respondieran a la convocatoria. Así, hizo que los 30 rosarinos mantuvieran un estrecho contacto con sus consanguíneos de Soldini, Alcorta, La Plata, Buenos Aires, Santa Fe, Villa Ballester y Ensenada. Aunque no pudieron estar presentes los Soldi de Uruguay, Brasil y Perú.
Los representantes argentinos llevan, además del escudo familiar en la solapa, una premisa: "Mantener los principios básicos de la solidaridad humana y la familia cristiana". Francisco recordó que "cada Papa escribió algo sobre la familia".
Entre todos los Soldi, sin dudas se destacó don Aldo, un símbolo vivente de la generación, el más antiguo en la Argentina. Es un emblema de los inmigrantes italianos que aportaron su esfuerzo al país. Con sus 89 años y recién llegado de La Plata estaba ayer impecable con la banda que incluía los colores de Italia.
"Le digo proprio sinceramente (sic) que esto me gusta muchísimo. Que Dios bendiga lo que están haciendo estos señores. Esta es la unión que debe hacerse para dar un ejemplo al mundo y hacer el bien", exclamó el abanderado de la organización con un hipernotorio acento peninsular.



Unas 70 personas se reunieron en un almuerzo.
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